Dos tipos peligrosos

Crítica de Ulises Picoli - Función Agotada

Buenos Muchachos

Las Buddys Movies (películas de compañeros) tienen una mística particular. ¡Tantas bellas películas de duplas desparejas! Esas con desequilibrios físicos, diferencias de carácter, plenas de amor/odio. Si se bucea más profundo hay una consecuencia maravillosa: la buddy cop movie (cuando la pareja está conformado por policías, detectives y etcétera). Arma Mortal (Lethal Weapon), 48 Horas (48 hs), Armadas y peligrosas (The Heat), Tango y Cash (Tango & Cash) y muchas otras. Las acertadas, siempre están sazonadas con mordacidad, violencia y humor negro. Y para aquel que sabe sacarle el jugo, es un terrero de infinitas posibilidades.

En este punto entra Shane Black. El director de Dos tipos Peligrosos (The Nice Guys) tiene en su haber una obra exitosa (Iron Man 3) pero debería ser apreciado por bastante más que eso. Para empezar, por dos joyas de los años 90 como El Ultimo Boy Scout (The Last Boy Scout) y Arma Mortal. Ácidas, oscuras y divertidas por donde se las mire, Black firmó ambos guiones y nos regaló films de antología. Más acá en el tiempo, la muy disfrutable Entre Besos y Tiros (Kiss Kiss Bang Bang) fue, en algún punto, su sala de ensayo como director. Es en ésta donde se puede leer el mismo entramado (y reflejo) de Dos Tipos Peligrosos. En ambas películas, el oscuro parque de diversiones llamado Los Angeles, es el terreno de operaciones. Una ciudad resplandeciente (y por ende con una capacidad cegadora abrumadora) que no puede ocultar su sordidez.

Esta vez la dupla es Gosling y Crowe. El flaco y el gordo. Un blandito conocido por su efecto en el público femenino a pesar de los intentos (a veces acertados) de películas más duras. Siempre va a ser el de Diario de una Pasión (The Notebook) y Loco y Estúpido Amor (Crazy, Stupid, Love). Y esa mole australiana llamado Russell Crowe, pesando ya no se cuanto, un actor áspero y de acción. En esa partida entre sex symbol y gordinflón (hoy Crowe muestra una barriga carnavalesca, de una festividad y satisfacción anormal en un mundo de hollywoodense cada vez más adepto a la anorexia cinematográfica) es de donde se erige la película. Sin una buena dupla, una buddy movie es fallida. Por eso, Dos Tipos Peligrosos pica en punta y cumple con creces.

Black nos sube a una novela pulp, anacrónica y nostálgica.

El motor de la trama es la desaparición de una joven, mismo leitmotiv de Entre Besos y Tiros. Ese hecho comienza una serie de acontecimientos que lleva al cruce entre el golpeador pagado Healy (Crowe) y el detective privado March (Gosling). Ambos, patéticos por diferentes razones, van a empezar a desandar el turbio universo angelino. Con Idas y vueltas, misterios a resolver, y las casualidades (un perfecto detalle para mostrar que ellos son arrastrados por la historia y no la determinan por completo) que van surgiendo a lo largo del relato, Black nos sube a una novela pulp, anacrónica y nostálgica. Gosling cumple, Crowe dignifica. Black se divierte. Nosotros también.