Dos tiempos

Crítica de Ricardo de Luca - Cine Argentino Hoy

Crítica de “Dos tiempos”
Un documental de Pablo Francischelli

El jueves 18 de agosto se presenta en el cine Gaumont el documental “Dos tiempos”, el tercer largometraje del director argentino -brasileño Pablo Francischelli. Un viaje de reencuentro entre el reconocido guitarrista argentino Lucio Yanel y su talentoso discípulo Yamandu Costa.

Los artistas subidos a una motorhome transitan la ruta que separa el sur de Brasil con el norte argentino. Entre mates y algunas paradas de descanso, que siempre son el pretexto ideal para tomar la guitarra y hacerla brillar, conversan sobre la fama, el fracaso, el destino y la fe, haciendo de este documental una road movie, tan interesante como encantadora.

De esta manera, maestro y alumno inician una travesía a la inversa de aquel viaje realizado hace 35 años atrás por el músico correntino Yanel. Ocasión que lo convirtió en el gran motivador del brasileño Costa, quién a partir de allí se dedicó a desarrollar su innato talento con la guitarra, transformándose en uno de los grandes exponentes de la música en su país y en referente mundial por su amplia creatividad y su técnica absolutamente perfecta.

La excusa de este recorrido rutero es la presentación de ambos en el festival Nacional del Chamamé, en Corrientes. Mientras realizan el trayecto surgen historias del pasado, el inicio de su relación y la evocación de otros personajes, amigos y músicos que fueron importantes en el camino musical de Yanel. Una muestra sincera y cabal de cómo se difuminan las fronteras a través del arte de la música, al mismo tiempo que las distintas culturas se encuentran para fusionarse.

En definitiva, un fascinante film que ensambla el arte visual propuesto por las escenas documentales y el arte musical, donde la estructura narrativa se desarrolla mediante la compañía intima de una cámara, que sigue los pasos de los protagonistas por los diversos lugares, como ensayos y encuentros entre amigos. Sin la necesidad de una voz en off que guíe el relato, ya que la película fluye, entre bellas imágenes y maravillosas melodías, que regalan el director desde su dispositivo de vídeo, como Yanel y Yamandu desde sus guitarras.