Dos pavos en apuros

Crítica de Pablo Raimondi - Clarín

Rebelión en la granja

Si a Estados Unidos le faltó difundir, mediante el cine, alguna otra celebración de su larga historia en exclusiva, llega Dos pavos en apuros, que se encarga del Día de Acción de Gracias.

En clave animada, el director Jimmy Hayward situó a dos plumíferos para viajar al pasado y liberar a sus colegas de ser condenados a ser servidos en la mesa familiar como festejo. El protagonista es Reggie, un pavo incomprendido, inteligente y con agallas. “El granjero no es tu amigo”, les advierte a sus colegas, mientras son engordados para su cruel destino.

De forma inesperada, Reggie queda indultado para ser comido, siguiendo la costumbre instaurada por George Bush (padre) en 1989, donde un ave es salvada del degüello e invitada a Camp David para vivir como un verdadero monarca. En este caso, el protagonista se la pasa a puro delivery de pizza.

Por el doblaje, se pierde la chance de escuchar a Owen Wilson (Reggie) y Woody Harrelson (Jake), en la voz de un ave que lidera el Frente de Liberación de Pavos y que secuestra a Reggie para llevarlo hacia el pasado y evitar una masacre aviar.

La profundidad del 3D tiene una escasa presencia.

El humor es otro tema polémico del filme, ya que difícilmente los niños capten el mensaje de la mayoría de las bromas. ¿Entonces a quien apunta esta realización? A los adultos, ya que es una película demasiado hablada, con un argumento que se torna complejo desde la segunda mitad en adelante y en donde la acción y morisquetas de sus protagonistas serán el único lazo de gracia con los más pequeños. Todo un desafío, ninguna pavada.