Dos pavos en apuros

Crítica de Alejandro Lingenti - La Nación

Aunque parezca mentira, la ceremonia de indulto presidencial del pavo existe en los Estados Unidos. Es una tradición en el país del Norte y es también el nudo argumental de esta película en la que están involucrados algunos de los productores de Shre k, el exitoso film de animación digital que ganó un Oscar en 2001. En noviembre de este año, el Día de Acción de Gracias de Obama arrancó con el indulto de Popcorn, un pavo de criadero que, como es habitual, pronto fue trasladado a la finca de Mount Vernon, Virginia, donde en su momento residió George Washington.

Popcorn, igual que muchos de sus antecesores, murió al poco tiempo: los pavos de criadero, engordados artificialmente para que lleguen a pesar hasta quince kilos, el doble de lo que pesan los salvajes, suelen tener problemas cardiorrespiratorios que sólo les permiten vivir una octava parte de los doce años de media de la especie.

En el caso de Reggie, el protagonista de esta película de animación que su versión original en inglés cuenta con las voces de estrellas como Owen Wilson, Woody Harrelson y Amy Poehler, el indulto llegará casi de casualidad, por solicitud de la pequeña hija del presidente, una chiquita simpática, caprichosa y alienada por la TV.

Salvado de milagro del sacrificio, Reggie se encontrará con Jake, un pavo de mayor porte, engreído y obsesionado con la misión de cambiar la historia. Jake dice haber recibido una especie de orden superior para terminar con las matanzas de pavos en el Día de Acción de Gracias y embarca al temeroso Reggie en un disparatado viaje al pasado llevado a cabo a través de una poderosa máquina creada secretamente por el gobierno norteamericano.

De comer pizza y mirar televisión en la residencia presidencial, Reggie pasa a enfrentarse con una serie de amenazantes enemigos del siglo XVII decididos a todo con tal de usarlo de banquete. La película tiene más de una referencia destinada a los adultos (al dúo humorístico Cheech y Chong, a la serie británica de ciencia ficción Doctor Who ), pero para los más chicos la trama se termina complicando innecesariamente con torpes apuntes bienpensantes. Y los personajes carecen de carisma, una falla imperdonable para este tipo de historias que podría achacarse en principio a Jimmy Hayward, parte del departamento de animación de buenas películas como Buscando a Nemo , Toy Story y Monsters Inc. , pero con menos experiencia en el campo del guión y la dirección, aunque su debut en ese terreno, con Horton y el mundo de los Quien , era algo más alentador.