Dos más dos

Crítica de Santiago Balestra - Alta Peli

Una propuesta diferente que a pesar de sus destacados logros interpretativos zozobra por un guion desordenado.

La práctica swinger o de intercambios de pareja es un terreno con mucho potencial para la comedia, fundamentalmente porque los tabúes de antes no son los de ahora y aquellos inscriptos, por crianza o experiencia, a las practicas interpersonales tradicionales son ahora los nuevos peces fuera del agua que siempre han sabido hacer las delicias de este género.

¿Cómo está en el papel?

Cabe decir que el guion de esta película es un desorden sideral. Uno podría pasar por alto el que no tenga claro su tema; muchas comedias no necesitaron un tema potente para hacer reír. Pero que su estructura no sea clara, eso es difícil de pasar por alto. Esta película tiene un conflicto poderosísimo y cuando no tarda eones en ponerlo en marcha, tampoco se ocupa de desarrollarlo adecuadamente. ¿Es sobre vencer los prejuicios? ¿Sobre la estabilidad de una pareja? ¿Sobre el egoísmo y lo que nos cuesta incluir al otro en todos los aspectos de nuestra vida? Las preguntas se instalan y si bien eventualmente tienen su respuesta estas parecen más insertadas de sopetón para salvar las papas que para demostrar una tesis que el espectador se pregunta dónde fue instalada que no la vio. Hay situaciones cómicas pero estas responden al concepto de “pez fuera del agua” más de modo descriptivo que para desarrollar y profundizar.

¿Cómo está en la pantalla?

La factura técnica de esta película es impecable como todos los productos que salen de la factoría Patagonik; encabezada por la fotografía del siempre excelente Félix Monti y la particular partitura de Iván Wyzogrod. La dirección de Diego Kaplan es correcta, adquiriendo en ocasiones un look documental cortesía de la cámara en mano y el zoom.

El nivel actoral es, podría decirse, el arma más fuerte de la película. Aparte de las correctas interpretaciones de Julieta Díaz, Carla Peterson y Juan Minujin, la película encuentra sus más grandes carcajadas de la mano de Adrián Suar y Alfredo Casero. En una nota particular, creo que más guionistas deberían escribir personajes para Suar; porque si hay algo que ha demostrado con el pasar de los años es que sirve y mucho para la comedia. El tipo le pone esmero y mucha credibilidad a los papeles que hace. El sapo de otro pozo que aquí compone hará que más de un espectador se sienta identificado.

Conclusión

Una película que cumple con los requisitos mínimos e indispensables de una comedia. Si hace reír es gracias a los logros de un más que capacitado elenco que supo bordar las dificultades de un guion desordenado y pobre en su desarrollo. Una lástima, su premisa daba para más.