Dos más dos

Crítica de Luciana Boglioli - La Capital

Juegos peligrosos

¿Swinging? El intercambio de parejas es una práctica casi tabú, sobre todo en Argentina. Y más aún para Diego, el personaje que encarna Adrián Suar, cuando su esposa, Emilia (Julieta Díaz), lo pone entre la espada y la pared al proponerle hacer swinger con sus mejores amigos, la pareja de: Betina y Richard (Carla Peterson y Juan Minujín). “De repente te convertiste en la Alessandra Rampolla argentina?”, le dice Diego a su mujer sorprendido. El matrimonio encarnado por Suar-Díaz está desgastado y sus encuentros sexuales son muy poco frecuentes. Es por este motivo que Emilia fantasea con probar cosas nuevas por el bien de la relación. Lo que en principio surge como una inquietud para fortalecer el vínculo marital, termina despertando dudas sobre el concepto que estos personajes tienen acerca del amor, el matrimonio, el sexo, los límites e incluso la amistad. Con la dirección de Diego Kaplan, “Dos más dos” es una película con episodios jugados y un lenguaje directo y crudo, aunque no supera la ocurrencia de “Un novio para mi mujer” . En tanto el rol de Alfredo Casero, un gurú del sexo, es digno de destacar. A tener en cuenta la frase célebre de Julieta Díaz: “Tener sexo entre todos está genial, pero enamorarse es un pecado mortal”.