Dos locas en fuga

Crítica de Jessica Blady - Malditos Nerds - Vorterix

El título (o al menos su traducción local) les debería bastar para entender la magnitud de este bodrio, pero igual me voy a tomar unos momentos para tratar de analizar que quisieron hacer la directora Anne Fletcher y los guionistas David Feeney yJohn Quaintance al juntar a Reese Witherspoon y a Sofía Vergara en la misma comedia.
Acá, el término “controvertido” es comedia, porque a lo largo de sus noventa minutos “Dos Locas en Fuga” (Hot Pursuit, 2015) no nos arranca ni media sonrisa. La película de acción se agarra de todos los lugares comunes, los clichés más horrendos y los peores chistes que hayan aparecido jamás en una “buddy cop movie”, de la que copia su estructura, como por ejemplo, la clásica “48 Horas” (48 Hrs., Walter Hill, 1982).
Acostumbrada a las historias romanticonas con toques humorísticos como “27 Bodas” (27 Dresses, 2008) o “La Propuesta” (The Proposal, 2009), Fletcher desaprovecha las (pocas) dotes de sus actrices protagónicas que, acá, ni siquiera llegan al nivel de Sandra Bullock o Katherine Heigl. Pero, admitámoslo, milagros no se pueden hacer cuando el guión de base es tan tonto y previsible, escrito por dos tipos más acostumbrados al ritmo de una sitcom televisiva.
La cosa viene más o menos así. Cooper (Reese Witherspoon) creció bajo la influencia de su padre, un correctísimo policía de San Antonio. De la madre nunca sabemos nada, pero la chica terminó convirtiéndose en una aplicada oficial, demasiado apegada a las reglas, actitud que la metió en varios problemas y ahora pasa su tiempo en el cuarto de evidencias tratando de hacer buena letra para poder volver a la calle a perseguir criminales y cosas por el estilo.
Su jefe le ofrece una oportunidad única, acompañar al detective Jackson (Richard T. Jones) para escoltar a Felipe Riva y su esposa Daniella (Sofía Vergara) hasta Texas, donde testificaran en contra del notorio líder de un cartel antes de entrar en el programa de protección a testigos. Los oficiales llegan antes de lo esperado y caen en una doble trampa siendo atacados desde dos frentes diferentes. Cooper y Daniella logran salir ilesas y darse a la fuga, pero pronto se enteran que son tan sospechosas como los matones que las persiguen.
Se supone que acá empieza una serie de enredos y gags que resaltan las diferencias entre estas dos mujeres: una muy poco femenina y estricta, y la otra voluptuosa, glamorosa y atrevida, que deberán aprender a confiar mutuamente y trabajar en equipo para salir de este embrollo. Nada funciona. Ni los chistes sobre la pronunciación de Vergara (ya sabemos que habla para el tujes), ni el forzado interés romántico, ni lo escatológico, ni la trama policial de fondo que hace agua por todos lados.
Obviamente, los realizadores intentaron copiar una fórmula ganadora del policial humorístico femenino como “Chicas Armadas y Peligrosas” (The Heat, Paul Feig, 2013), pero Witherspoon no es graciosa y ya se le notan los años para hacer de “novata” y Vergara no puede escapar del eterno estereotipo latina voluptuosa y narcotraficante.
Las chicas de “Dos Locas en Fuga” son tontas por donde se las mire, o eso nos hacen creer el 99% de las veces que aparecen en pantalla. Es molesto y poco divertido, sobretodo en un Hollywood actual que lucha a cada segundo por la igualdad y por cambiar esta visión del género femenino. Se entendería si tuviera algún propósito concreto, pero es obvio que cualquiera de los propósitos de esta película se quedaron por el camino.