Dos en uno

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Hay (otro) cerebro en mi cuerpo

Aunque livianita, la comedia con Daniel Auteuil entretiene.

Hay gente que oye voces y no por eso merece ser encerrada en un nosocomio. Jean-Christian Ranu (Daniel Auteuil) es atropellado en la calle por un auto que conduce una ex estrella de pop de los '80 (Alain Chabat, algeriano como Auteuil), y de buenas (o malas) a primeras el cerebro del conductor pasa a adosarse al suyo.

OK: es una comedia.

Como sucedía hace 25 años en Hay una chica en mi cuerpo (1984), en la que Steve Martin compartía el suyo con el de Lily Tomlin, el personaje de Auteuil debe lidiar dentro suyo con el cerebro de Gilles Gabriel. Ranu es un tipo solitario, enamorado de una compañera de trabajo a la que el espíritu más aventurero de Gilles bien podría ayudar. O no.

Los gags son los imaginables a partir de la premisa de la trama: Ranu se habla a sí mismo en voz alta, lo que ocasiona(ría) la sorpresa y/o el la reprobación de quienes lo rodeen, sea en un mmeting laboral o en un baño público.

Auteuil es de esos actores que despierta inmediata atención cuando aparecen. De los pocos capaces de encender una escena, por más que sus diálogos sean divertidos a medias. Dúctil en el drama como en la comedia, tanto como para que un personaje le pregunte la edad y diga "39" y uno le crea... aunque cuando filmó Dos en uno ya andaba por los 58.

Que los realizadores de la película sean dos puede permitir cualquier tipo de asociación lícita (o no) en nuestro cerebro, pero lo mejor será pensar en positivo: si entre los dos escribieron y dirigieron esta comedia, qué hubiera hecho uno solo. O sea.