Dos armas letales

Crítica de Carolina Taffoni - La Capital

Mentiras verdaderas

El cine de entretenimiento, el cine de acción más puro, a veces da algunas sorpresas. Sin destellos, ni grandes dosis de originalidad, pero con la suficiente solidez como para creer que los antihéroes de carne y hueso todavía rinden en la pantalla grande. "Dos armas letales" es un buen ejemplo de esto, y también es una típica "buddy-movie", una suerte de "Arma mortal" aggiornada a los tiempos brutales que corren. Los protagonistas son un agente de la DEA y un oficial de Inteligencia Naval que trabajan encubiertos. Pero acá nada es lo que parece. Hay un robo a un banco que sale mal, narcotraficantes mexicanos, agentes corruptos de la CIA, militares infiltrados y todo tipo de traiciones, confabulaciones y persecuciones al por mayor. El director Baltasar Kormákur ("Contrabando") combina con pulso y precisión las escenas de acción, la violencia tarantinesca y el humor negro que destilan los personajes. Para esto se vale de las grandes actuaciones y la química de la dupla Denzel Washington-Mark Wahlberg, y de los pintorescos y delirantes roles secundarios que aportan Bill Paxton y Edward James Olmos. El único problema (para nada menor) es que la película abusa de las vueltas de tuerca y los "efectos sorpresa", y esto puede llegar a agobiar al espectador.