Dos amores en París

Crítica de Fernando López - La Nación

Dos amores en París: comedia con fresco aire parisino

Son dos amores y suceden en París, pero hay una sola protagonista (Alexandra Lamy), lo que no significa que se trate de otro triángulo amoroso. La intención de Eric Lavaine es más modesta: un rato de fresco y liviano entretenimiento, con personajes entrañables y algo de humor y romance en torno de ciertas situaciones que se nos presentan en la vida cotidiana y a las que puede extraérseles su costado risueño. Es la engorrosa obligación de elegir de Juliette, que a los 40 aún no ha resuelto su vida amorosa. Nada fácil para ella, que nunca tomó decisiones sin consultarlas antes con sus amigas. No sobra originalidad, pero todos aciertan con el aire travieso que el film pedía