¿Dónde estás Bernadette?

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Basado en una famosa novela de María Semple, Richard Linklater co-adaptó (con Holly Gent y Vince Palmo) y dirigió esta historia de una arquitecta que pasa de la fama temprana, a un fracaso, al retiro, a los bordes de la locura y una huída particular. Su protagonista es una persona muy especial, en el comienzo de la película se la ve en un kayak entre las montañas del ártico. Luego se sabe rápidamente que ese viaje lo planeo su hija. Y un salto de cinco semanas atrás nos permite  conocer a la protagonista, profesional, casada con un creativo de la computación, con una hija brillante que es su gran aliada, en un momento en que toda su vida tambalea. Pero no se trata de un drama sino de un tono de comedia especial para mostrar lo que ocurre con alguien muy talentoso, lúcido, atrapado en su crisis. De a poco se sabe que fue famosa, una joven arquitecta “verde” brillante en su país, admirada desde muy joven, que ante un primer fracaso se paraliza. Se traslada a una casa de Seattle, con su familia, se dedica supuestamente a poner habitable esa mansión en ruinas. Ella es antisocial por inteligencia, no soporta lo mediocre de las convenciones sociales, es una persona aislada porque odia la estupidez colectiva, es extraña, esta por quebrarse. El personaje le calza perfecto a una actriz tan dúctil como Cate Blanchet que le da todos sus matices, los grados de su complejidad, la orfandad de su faceta creativa, señalada en una gran escena con Laurence Fishburne, lo oscuro de sus maldades, sus venganzas, pero también lo luminoso de la relación con su hija, la alocada y graciosa comunicación con una asistente virtual, sus reacciones cuando tiene que salir al mundo. No es una película redonda, ni la mejor de Linklater, pero atrae, es inteligente, y plantea temas profundos sobre la depresión, lo devorador del éxito prematuro, y una huida a su medida, la depresión cocinándose a fuego lento, el amor filial, el amor de pareja, la capacidad de reinventarse.