Dogman

Crítica de Alina Spicoli - Estrelladas TV

El incorregible

Dogman (2018) es una película dramática italiana dirigida y co-escrita por Matteo Garrone (Gomorra). Inspirada en hechos reales ocurridos en un suburbio pobre el 18 de febrero de 1988, el reparto está compuesto por Marcello Fonte, Edoardo Pesce, Alida Baldari Calabria, Nunzia Schiano, Francesco Acquaroli, Adamo Dionisi, entre otros. La cinta fue seleccionada para competir por la Palma de Oro en el Festival de Cannes, lugar en donde Marcello Fonte recibió el premio de Mejor Actor.

La historia se centra en Marcello (Marcello Fonte), un peluquero canino en el barrio de Magliana que le vende droga a su corpulento amigo Simone (Edoardo Pesce), ex boxeador y criminal reincidente. Marcello está separado pero mantiene una buena relación con su hija Alida (Alida Baldari Calabria), con la cual comparte viajes y competencias de peluquería para perros. No obstante, la violencia de Simone para que Marcello le venda más cocaína o para que se una en los robos de joyas (metiéndose en casas por la noche) irá en aumento, llegando a que prácticamente Simone obligue a su amigo a que le dé la llave de su negocio para poder meterse en el local de al lado que se dedica a la venta de oro. De esta manera, Marcello poco a poco descenderá a los infiernos: cansado de esta relación de amistad ultra tóxica, el amante de los animales tratará de hacer justicia por mano propia.

Con detalles que hacen recordar al cuento bíblico de David contra Goliat, en esta película Garrone nos presenta a un protagonista flaco, de baja estatura y buenas intenciones, que se lleva bien con sus vecinos y ama su empleo. Por otro lado está Simone, cocainómano robusto con el que es imposible razonar: cuando a Simone se le mete una idea en la cabeza, él hace lo que sea para llevarla a cabo, muchas veces utilizando la violencia para intimidar al prójimo y obligarlo a que accione como él quiere. Con semejantes personajes que se desenvuelven por un barrio decadente, el director consigue que la película sea sumamente atrapante, logrando que los 102 minutos de duración se pasen volando sin siquiera sentirse.

La cinematografía, a cargo de Nicolai Brüel, abarca de manera amplia el vecindario marginado donde se desarrolla la trama. Con poca luz, cielo nublado y viento, la ambientación se contrasta con la relación de opresión que vive Marcello. También tenemos varios planos centrados en su cara, en donde el actor Marcello Fonte demuestra con sus expresiones y forma de mirar por qué es el gran merecedor del premio a Mejor Actor en Cannes.

A pesar de que el protagonista cometa varios errores, el espectador logra empatizar con él, lo que hace dar cuenta de cuán bien está construido su personaje. Totalmente crédulo, ingenuo y esperanzado, al final del día Marcello solo busca volver a ser aceptado y respetado por sus propios vecinos, sin darse cuenta que esa confianza que anhela recuperar nunca la tuvo en primer lugar.

Aunque Dogman contenga escenas físicas violentas, el director prefirió centrarse más en la violencia psicológica que ejerce el dominante e incontrolable Simone. Con un último acto que puede considerarse precipitado en comparación al primero, la película plantea una problemática social interesante que invita a preguntarnos: ¿cuál es la solución ante un hombre incorregible que por ningún medio puede ser domesticado?