Dog, un viaje salvaje

Crítica de María Paula Iranzo - Cine Argentino Hoy

Existen películas que se hacen no para revolucionar el género o la cinematografía, sino simplemente para ser contadas desde el lado más humano posible. Este es el caso de Dog: Un viaje salvaje, protagonizada y co dirigida por Channing Tatum y Reid Carolin, que se estrena en cines la semana del 23 de junio.
Lulu es una perra de la unidad canina de los Rangers de la Armada cuyo compañero humano muere y es necesario llevarla a su funeral 5 días después. Briggs (Channing Tatum) -otro Ranger veterano que quiere volver a la acción- será el encargado para realizar esta tarea. Ambos se meterán en problemas e intentarán resolver sus propios obstáculos de la mejor manera posible.
Este es uno de esos films en los cuales no se toma riesgo alguno, narrativamente hablando. Es la típica película de road trip, en la cual dos individuos (un humano y una perra, para ser precisos) deben ir en auto desde el punto A al B en una cantidad específica de días. Es obvio que nada sale como debería.
Las situaciones en las que se meten ambos personajes son bastante originales, y aunque por momentos un poco ridículas, no chocan con el estereotipo estadounidense con el que está acostumbrado el espectador.
Si hay algún elemento que destacar es cómo muestra la cruda realidad que vive un veterano de guerra: las heridas físicas y mentales no sólo son difíciles de superar, sino que es complicado obtener un sustento después de todo lo vivido. Además se ve este mismo efecto en la perra y cómo su educación y vivencias en el extranjero afectan su vida cotidiana.
El propio Channing Tatum expresó que el film Dog: un viaje salvaje está inspirado en el último viaje que hizo con Lulu, su perra que falleció en 2018; por lo que se entiende el por qué de este proyecto. Esta cinta se nota que fue hecha con el amor que cualquier persona puede darle a un compañero perruno. Analizarla mucho más sería quitarle su propósito.