Doctor Sueño

Crítica de Santiago García - Leer Cine

Doctor sueño tiene una paradoja de la que no puede escapar. Por un lado es una película mucho más cálida y humana que El resplandor (1980) de Stanley Kubrick, y por el otro, todo el tiempo la película protagonizada por Jack Nicholson viene a nuestra mente a lo largo de esta interesante secuela.

Sí, Doctor Sueño (Doctor Sleep, 2019) es una secuela de El resplandor (The Shining, 1980). Pero no estamos hablando solo de las películas. También es una secuela de del libro de Stephen King. El primero escrito en 1977 y su continuación en el año 2013.

Danny Torrance es ahora un adulto que aún vive atormentado por los eventos ocurridos en el Hotel Overlook. Actualmente, después de superar sus problemas con el alcohol, vive en un pequeño pueblo de New Hampshire trabajando en una residencia de ancianos. Allí utiliza su habilidad mental denominada resplandor para proporcionar consuelo a los moribundos. Pronto conocerá a una niña con su mismo poder, con un resplandor aún más brillante que el suyo.

Pero a diferencia de la película de 1980, acá hay una segunda línea que corre junto a la principal y que tiene como protagonistas a un grupo de vampiros psíquicos. Aunque la historia puede ser interesante, lo mencionado en el párrafo inicial hace que toda esta otra trama parezca excesiva y por momentos ridícula. Más allá de que el propio Stephen King no estaba conforme con el film de 1980, hay que entender que ya se ha transformado en un clásico de la historia del cine. Las secuelas necesariamente terminan siendo juzgadas en la comparación y en este la termina perjudicando.