Doctor Sueño

Crítica de Martín Chiavarino - Metacultura

Suspiros arrebatados

Doctor Sueño (Doctor Sleep, 2019) es la adaptación de la novela homónima de Stephen King publicada en 2013, pero es también la continuación del clásico del prolífico escritor, El Resplandor (The Shining, 1977), obra llevada al cine magistralmente por Stanley Kubrick en 1980, hoy considerada una de los mejores películas de terror de todos los tiempos.

Tras dirigir El Juego de Gerald (Gerald’s Game, 2017), film basado en la cruda novela de King de 1992, Mike Flanagan, actualmente trabajando en una serie basada libremente en una famosa novela de Shirley Jackson, The Haunting of Hill House, emprendió la adaptación de Doctor Sueño al cine, un libro con un estilo narrativo muy similar al lenguaje cinematográfico, justo como la mayoría de la obra de Stephen King. Al igual que con toda la filmografía en torno al autor de Eso (It, 1986), la película no estuvo exenta de polémicas entre el director y el escritor sobre la visión general y la relación cultural de El Resplandor con el film de Kubrick.

Como la novela, el relato retoma la traumática historia de Dan/ Danny Torrance (Ewan McGregor), el niño con habilidades precognitivas paranormales perseguido por espectros en el Hotel Overlook, en su proceso de lidiar con sus tétricas y amenazantes visiones. Dan crece como un alcohólico como su padre, Jack, para contener las visiones del resplandor, y vive escapando de sí mismo hasta que encuentra un amigo, Billy (Cliff Curtis), que reconoce su sufrimiento y lo ayuda a dejar la bebida. Gracias a la ayuda de Billy, Danny se convierte en enfermero del geriátrico de la ciudad y descubre como canalizar su habilidad en un don para auxiliar a las personas en su trance entre la vida y la muerte. Pero la historia se centra en el Nudo Verdadero, una comunidad de seres sobrenaturales vampíricos que se alimentan del resplandor de los seres humanos, causándoles sufrimiento para purificar la esencia vital. Mientras realizan uno de sus macabros rituales, el Nudo es descubierto por Abra Stone (Kyliegh Curran), una pequeña niña con un gran poder que entabla una amistad a distancia con Dan, que aún conversa con el espíritu de Dick Hallorann, el cocinero del Hotel Overlook. La líder del Nudo Verdadero, Rose (Rebecca Ferguson), una hermosa mujer de una misteriosa oscuridad que siempre lleva puesto un sombrero, se propone cazar a la niña para alimentar a toda la comunidad, que comienza a sentir la falta de comida.

El film de Flanagan se apega demasiado a la novela, especialmente en la primera parte, como una especie de resumen de la obra de Stephen King, eliminando o minimizando personajes para construir una historia más cinematográfica centrada en protagonistas fuertes y recortando el relato coral del autor de éxitos editoriales como Carrie (1974) o Christine (1983). En la segunda parte Flanagan realiza un homenaje a -y un cierre de- El Resplandor, regresando al Hotel Overlook, que en la novela ha sido demolido hace ya muchos años.

La versión cinematográfica en clave de transcripción acotada de la novela funciona pero también deviene en un film de larga duración que deja muchas cuestiones afuera, lo que genera pequeñas grietas -aunque mínimas- en el guión. Flanagan se centra en los ejes narrativos del libro, las escenas más importantes que hacen avanzar la historia y explican el derrotero de Danny Torrance, aunque en el final abandona bastante la fuente literaria para seguir el camino de la versión de Kubrick, lo cual funciona a pesar de que el corte es bastante notorio.

Rebecca Ferguson interpreta muy bien a Rose, el personaje más importante y carismático de la novela, mientras que Ewan McGregor realiza una buena labor componiendo al inestable y atormentado Danny Torrance. Kyliegh Curran y Emily Alyn Lind también realizan un gran trabajo como Abra Stone y Snakebite Andi, y el resto del elenco acompaña la propuesta muy bien. El personaje de Zahn McClarnon, Crow Daddy, tiene gran protagonismo y Carel Struycken interpreta magníficamente al Abuelo Flick. Alex Essoe realiza una interpretación muy mimética de Wendy Torrance mientras que Carl Lumbly es un flojo Hallorann, un personaje brillantemente interpretado en El Resplandor por Scatman Crothers, actor fallecido hace ya muchos años.

Las reconstrucciones de los personajes interpretados en El Resplandor maravillosamente por Jack Nicholson y Shelley Duvall son bastante buenas, aunque no aparezcan demasiado, y Danny Lloyd, el niño que componía a Danny en la película de Kubrick, tiene un cameo para los fanáticos del mítico film del realizador norteamericano.

Flanagan interpreta muy bien las metáforas de la novela y resalta la cuestión vampírica del poder, de los millonarios que viven a expensas del talento de otros, explotándolos y exprimiendo sus habilidades y descartándolos de forma cruel y viciosa cuando ya no les sirven. Stephen King destaca así la distinción entre el virtuosismo del resplandor y la corrupción enfermiza del Nudo Verdadero, y en este sentido el film reconstruye muy bien esa mirada alegórica de nuestro entorno que la novela propone. La decadencia de la actualidad, el entumecimiento del talento y la falta de una mirada mágica del mundo son parte de la óptica pesimista que King le imprime a la novela y que Flanagan recupera en la versión cinematográfica.

En Doctor Sueño King y Flanagan logran encontrar un equilibrio entre la historia de El Resplandor y la segunda novela del escritor, El Misterio de Salem’s Lot, una historia de vampiros. La película sigue a la novela en su afán de explicar y cerrar varias cuestiones de El Resplandor, que en la novela tienen un cierre más claro y un desarrollo más completo. La principal distinción entre la novela y la película es que esta última remite a la obra del propio King mientras que Flanagan no rehúye de la adaptación de Kubrick y la retoma para homenajearla y explotarla durante toda la última parte del film. El opus del director es respetuoso por demás tanto de King como de Kubrick y crea así un híbrido entre la continuación de la novela y de la película, ofreciendo como resultado una buena historia de terror con el estilo de Stephen King que se pierde un poco en algunas cuestiones menores, pero que logra adaptar el trabajo del escritor estadounidense sin dejar de homenajear la interpretación de Stanley Kubrick.