Doctor Sueño

Crítica de Laura Pacheco Mora - CineFreaks

¿Te atreves a regresar?

En este nuevo capítulo de The shining de Stanley Kubrick, Mike Flanagan intenta fusionar ambos mundos, honrar la historia y los personajes creados tan maravillosamente, con el lenguaje cinematográfico que se volvió icónico. Ahora Danny ha crecido y responderá a esa pregunta que alguna vez nos hicimos todos: ¿qué pasará con ese niño cuando se convierta en adulto?

Doctor Sueño (2019), basada en el libro homónimo publicado por Stephen King en 2013, funciona como continuación del film de culto El resplandor (1980) dirigido por Stanley Kubrick. Ahora esta secuela, dirigida y adaptada para la pantalla grande por Mike Flanagan, sigue a Danny Torrance (Ewan McGregor), quien se encuentra afectado por el trauma que experimentó cuando era niño en el Hotel Overlook, Dan tuvo que luchar para encontrar un poco de serenidad. Pero cuando conoce a Abra (Kyliegh Curran), una valiente niña con poderes extrasensoriales, sus viejos demonios resurgen. Porque ella es consciente de que Dan tiene los mismos poderes y necesita su ayuda: busca confrontar a Rose (Rebecca Ferguson) y su tribu, que se alimentan de los dones de inocentes como ella para conquistar el mundo y ser inmortales. Formando una alianza inesperada, Dan y Abra participan en una lucha despiadada contra Rose. Dan no tiene más remedio que utilizar sus propios poderes.

Mike Flanagan, reconocido cineasta del género de terror y por su serie de horror sobrenatural de Netflix: La Maldición de Hill House (2018), logra con Doctor Sueño una obra de universo individual, en la que plasma su impronta. Es un experto en fotografía a la hora de la puesta en escena, utiliza unos planos únicos para representar con su estilo misterioso, lo que observa en locaciones en apariencia normales o en donde nada ocurre. Generando de esta manera una atmósfera ilusoria y oscura, adecuada para sentir y vivir el suspenso. El guion es prolijo, la presentación de los personajes es correcta, aunque quizás algo prolongada, hasta que la verdadera acción de terror comienza. Con lo que puede parecer de ritmo lento, no obstante, esto depende del gusto del espectador. Hay recreaciones del film de Kubrick, escenas que quizás resulten innecesarias a la hora de seguir la idea de Doctor Sueño y separarse de El resplandor. Algo que también, puede o no ser del gusto del espectador. Se destaca la interpretación de Ewan McGregor que nos tiene acostumbrados a comprender la psicología y el alma del personaje, y en general las actuaciones de todo el elenco. El permanente latido de corazón y la música, acompañan el suspenso de la trama, junto a los movimientos de cámara que sugestionan. Los diálogos son muy inteligentes y no necesitan ser explícitos para transmitirle al espectador el desarrollo de la trama y el porqué de ciertas situaciones.

Más allá de las expectativas del espectador, con respecto a la comparación con la de Kubrick, este relato trae consigo sus propias emociones, siendo tal vez, más revelador del padecer del autor y su fragilidad, de la novela “El resplandor”, constituyéndose en independiente y tomando al pequeño Danny, sólo como un adulto traumatizado. Es una historia de recuperación, de adicción, apoyo, sobriedad y responsabilidad. El mensaje profundo e imperante que transmite, a mi parecer, es que un adicto vive en una cierta oscuridad y soledad, alejado de lo que supuestamente brilla. Sin embargo, no se trata de bandos contrarios. Tanto la luz, como la oscuridad, forman parte de todos nosotros.