Doctor Strange en el multiverso de la locura

Crítica de Héctor Hochman - Revista Cartelera

El estreno de este filme viene a confirmar la decadencia cultural en la que estamos inmersos, no solo por el filme en si mismo, sino por el lugar que ocupa en tanto estreno cinematográfico.
En otras épocas, en mi adolescencia al menos, se alababan los estrenos de filmes como “Pieza Inconclusa Para Piano Mecanico” (1977) de Mijalkov o “Gente como uno” (1980) de Robert Redford, “El Joven Frankenstein”(1974) de Mel Brooks. Directores como Ingman Bergman, Michelangelo Antonioni, Akira Kurosawa, por nombrar algunos, claro que aparecía el entretenimiento y así se lo promocionaba. No estoy haciendo anclaje en la recaudación, en este sentido “Tiburón” de Steven Spielberg recaudo 4 veces mas que “Atrapado Sin Salida” de Milos Forman, ganadora de los 5 principales premios Oscar y Globos de Oro de ese año.
El promocionar este filme como uno de los “estrenos” del año, como lo “esperado”, es lo que me hace dudar hacia donde se dirige el arte cinematográfico, que clase de adultos intentan formar inundando la cabeza de los adolescentes con este material.
Desde este punto es que se puede decir que esta segunda entrega de “Dr Strange en el Multiverso de la Locura” es presuntuoso, vació de contenido, pura parafernalia de efectos especiales y algunas imágenes que impactan, CGI 3D (o IGC en español) pero nada mas.
Hasta da pena ver muy buenos actores desperdiciados de tal manera, haciendo morisquetas repetidas veces, o circulando sin saber la razón exacta.
Que el texto plantee la eterna lucha entre el bien y el mal no es novedoso, tampoco lo es el elogiar la sapiencia Sam Raimi, director de “Un Plan Simple” (1998) o “El Hombre Araña” (2002) y sus otras 2 secuelas, para manejarse en este genero, hasta se podría hablar de un retorno luego de casi de una década de ausencia cinematográfica.
En esta oportunidad el Dr. Strange (Benedict Cumberbatch) debe salvar y secundar a America Chavez (Xochiti Gomez), ningún parentesco con el venezolano, de las manos de Wanda Maximoff (Elizabeth Olsen).
América tiene la capacidad de trasladarse de un universo a otro sin ninguna dificultad y sin poder controlarlo, ese don es apreciado por Wanda quien desea fervientemente poder establecerse en ese universo donde ella es solo una madre de dos hijos, para obtenerlo deberá extraérselo lo que determinaría la muerte de América, mas allá de la alegoría.
Esta es la razón por la que el Dr. circulara a través de los distintos universos, enfrentándose a Wanda, a la personificación de él mismo, encontrándose con distintas versiones de su amada Christine Palmer (Rachel Mc Adams), pero en busca de detener a la malvada.
Luego de dos horas de pura parafernalia, la solución se encuentra, como por arte de magia, a la vuelta de la esquina.
En el camino tiene tiempo para imponer situaciones que en la actualidad lo ponderan como lo políticamente correcto, America tiene dos madres…….que en realidad tiene tanta importancia narrativa como las apariciones de Alfred Hitchcock en sus películas, el tebeo original es de la década del 60, no me imagino a Stan Lee y a Steve Ditko autor y creador de la historieta respectivamente, pergeñando esto.
Aquí, se siente a Raimi como un director por contrato, pero uno que ha sido superado por los poderes fácticos en términos de permitirle imprimir su sello, transformando su estilo, bastante reconocible e icónico en un accionar con intenciones de marcar su territorio en algo en el que obviamente no tiene ninguna inversión. Tampoco ayuda que la cinta trate realmente de nada.
Podríamos hacer mal uso de la lingüística y nombrar al filme como el “Multi Verso de la Locura” lo cual en termino coloquiales, cotidianos, la palabra verso significa mentira, multi es mucho, quedaría “Mucha Mentira de la Locura”.
Los fans estarán de parabienes, esto no ha concluido, pues termina dando cuenta de su continuidad con la aparición de Charlize Theron personificando una bruja. Convengamos que la actriz sudafricana sigue siendo una atracción.