Djam - Una joven de espíritu libre

Crítica de Ezequiel Boetti - Otros Cines

Luego de su lanzamiento en Cannes 2017 llega a las salas argentinas la nueva película del director de El extranjero loco, Gitano: Quiero ser libre y Geronimo.

Djam es una chica joven, bonita y absolutamente desprejuiciada que vive en la isla griega de Lesbos junto a su padrastro, un marinero cuya embarcación para turistas está averiada desde hace meses. La necesidad de una biela nueva y ciertos comportamientos mal vistos por él, sumado a la tendencia a la aventura de ella, son las excusas perfectas para enviarla hasta Estambul.

Estrenada en la última edición del Festival de Cannes, Djam, que para su estreno nacional suma el subtítulo “Una joven de espíritu libre”, narra el recorrido de la joven protagonista (una avasallante y magnética Daphne Patakia) por la capital turca. Allí se encontrará con Avril, una turista francesa abandonada por un novio que se llevó todo su dinero.

La dupla atravesará experiencias llenas de peripecias (pierden transportes, se cruzan con personajes de toda índole) deparadas por un guión donde cada elemento tiene la responsabilidad de decir algo sobre el estado del mundo. Entre el coming of age y la road movie, entre canciones y bailes teñidos con la melancolía del rebético griego, el film del argelino Tony Gatlif (Exils) apuesta por el progresivo alumbramiento del interior de esas mujeres en conflicto interno por las heridas del pasado y la incertidumbre del futuro.

El problema es que los descubrimientos de la protagonista no son solo personales, sino también sociales. Así, Djam se encuentra con una realidad atravesada por las consecuencias de la inmigración y la xenofobia que la película subraya con la fuerza de quien le importa más qué decir que cómo decirlo.