Djam - Una joven de espíritu libre

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

El director Tony Gatlif se centra en una mujer y sus experiencias, una exuberante, bella, expresiva Daphne Patakia, que nunca puede sustraerse al baile, a la aventura, que ejerce su libertad con una energía arrolladora y se mezcla en locas aventuras en un viaje por encargo que le hace su tío: fundir una pieza fundamental para que su barco vuelva a navegar. De su Lesbos a Estambul pasara por una amistad con una chica francesa abandonada por su novio y sin un peso, a idas y venidas que la conectan con la fuerza de la música, el rebétiko, un género que inventaron los griegos a principios del siglo 20 para protestar contra el poder, el dinero y los que no saben amar. En ese vagar como el viento, en un recorrido que tiene mucho de azar, que seduce al espectador, aunque por momentos lo desoriente, hay momentos líricos únicos: como el emigrante en su fiesta de despedida que lo llevara a Noruega y que en medio de la fiesta se queda borracho y dolido mirando la nada mientras una lágrima sobre su rostro da la medida de su sufrimiento. O la montaña de salvavidas y botes abandonados que de un solo vistazo alude a la masiva inmigración que llega de Asia y África, con una dimensión que apabulla. La crisis económica griega y un consejo del tío que aplaca el insulto: Mirar fijo, no perder la dignidad. Y tampoco la música fuente de energía para sobrevivir. Imperfecta, distinta, personal. Vale la pena.