Divergente

Crítica de Marcelo Artal - La letra indómita

Ciencia ficción divergente

Las similitudes entre Divergent y The Hunger Games son evidentes. Ambas son adaptaciones cinematográficas de best sellers de ciencia ficción, con escenarios distópicos de posguerra en el que los sobrevivientes intentan cambiar las reglas de convivencia social. También tienen en común el perfil de sus protagonistas: jóvenes promisorios en rebeldía con el sistema.

Divergent empieza bien. Es una película que está encarada con seriedad desde lo técnico y lo dramático, con buena cinematografía y, en principio, buenas intenciones argumentales. Los personajes y la historia están bien presentados, despertando el interés del espectador durante al menos media película. Pero luego llega el nudo, y lo que aparentaba ser una muy buena propuesta en su género, cae irremediablemente en una trama inocua y adolescente que destruye todo el encanto. Divergent hace agua por donde se la mire pasada la primera hora y pico de duración. El desarrollo de la historia se torna errante y extremadamente trivial, con giros y resoluciones propios de una película infantil. Las secuencias de acción, por otro lado, dejan muchísimo que desear también.

Divergent hace honor a su título y diverge de su premisa inicial. Es precisamente en ese punto cuando cualquier comparación con The Hunger Games queda descartada. Esta película, destinada a convertirse en franquicia, no posee ni por asomo la solidez narrativa de la saga protagonizada por Jennifer Lawrence. Posee lo conceptos, pero carece de relato y contundencia. Es apenas una propuesta pasatista destinada a adolescentes.