Divergente

Crítica de Juan Carlos Di Lullo - La Gaceta

La amenaza de los “distintos”

En una sociedad dividida en castas, la adolescente Tris Prior descubre que no pertenece a ninguna de ellas. Más impactante resulta la revelación de que no es la única en esa condición. Deberá averiguar por qué los “divergentes”, considerados una amenaza para la paz, son perseguidos y exterminados.

Hagamos de cuenta que no hemos visto “Los juegos del hambre”, “Crepúsculo” o “Academia de vampiros” (alguien debe haber en esa condición, aunque parezca poco probable). Tratemos de ver, entonces, esta propuesta de Neil Burger sin el bagaje de conocimientos previos (y/o de prejuicios) que introducen fatalmente las series de filmes o películas citadas. Nos sorprenderá la claridad y la firmeza de la narración que expone el director, los buenos climas que logra a lo largo del relato, la interesante pintura de un futuro con un diseño social dramático o los ambientes atractivos y visualmente bien resueltos en los que se desarrollan las escenas de acción, muchas de las cuales tienen lugar en la propia mente de los personajes. También son méritos de esta producción la fotografía y la iluminación (resulta clave en algunas secuencias) y la interesante recreación de una Chicago que se presenta como uno de los últimos reductos habitables dentro de un mundo devastado y en ruinas.

Los problemas surgen al hilar fino sobre el guión y sobre el trazado de los personajes centrales. La descripción de una sociedad radicalmente dividida en clases o castas, y los inevitables tironeos por el poder real entre ellas da para mucho más que este entretenimiento liviano; y el análisis del papel que juegan los que no se adaptan a estos moldes inflexibles es, en sí, un tema de una gran riqueza, como quedó claro hace varias décadas en “Chip, el del ojo verde”, aquella genial novela de Ira Levin. Pero los productores no piensan en proponer tratados de sociología ni de política, sino en multiplicar dólares; no hay mayor cuidado en presentar a los personajes con trazo grueso o apelar a lugares comunes en la construcción del guión.

Resulta revelador analizar las reacciones de la platea: el público, compuesto en general por una mayoría abrumadora de adolescentes de sexo femenino, reacciona puntualmente con gritos, suspiros y chillidos a cada uno de los estímulos que se les proponen, lo que demuestra que los guionistas saben perfectamente lo que hacen y que la mesa está servida para una nueva serie de filmes que van a calar hondo en el ánimo del público joven. Al menos, la buena factura técnica de este producto permite un par de horas de entretenimiento, aunque ya se haya dejado atrás la edad requerida para chillar cada vez que aparecen los protagonistas en la pantalla.