Directo al corazón

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Se podría realizar una crítica muy corta diciendo, esta película se sostiene por la actuación de Al Pacino, pero seria muy injusta.

Muy injusta con Cristopher Plummer, Bobby Cannavale, Annette Benning, y hasta Jennifer Garner.

Bueno, en realidad la buena de Jennifer está intentando por todos los medios borrar las primeras impresiones que produjo al principio de su carrera, y lo esta logrando.

Esta realización intenta ser una radiografía de un veterano músico de rock de los años ‘70, que sustentó toda su carrera en los éxitos obtenidos en sus comienzos y luego descanso sobre esos laureles. Al mismo tiempo que continua con una desordenada vida sentimental, de músico, si, pero con sexo, drogas y rock and roll, una novia de casi la mitad de su edad.

El día que cumple 64 años, casi en el ocaso de su carrera, su vida producirá un giro inesperado, 40 años después le entregan una carta que le escribiera un joven John Lennon, la que nunca llego a sus manos. El texto de la misma se develara sobre la culminación del filme, pero si veremos como éste hecho puntual le hará repensar en ciertos aspectos de lo que fue su vida.

Abandona todo lo organizado, gira incluida.

Le da cierto prurito, pero decide encontrarse con su hijo, al que no conoce, y en ese recorrido y desarrollo la narración entre a jugar como uno más de padre abandónico que se transforma en imprescindible de la noche a la mañana… cuatro décadas después.

Ya no se la cree nadie, pero Hollywood insiste, de manera tal que la previsibilidad del relato es tal que aburre, salvo por las actuaciones.

Hay una producción japonés, estrenada recientemente en lel país, “De tal padre, tal hijo”, que toma el mismo tema, con otras edades, es verdad, y construye una muy buena película, más allá de las distancias culturales que nos separan.

Dan Fogelman, debutante como director, no así como guionista, tomo el diccionario de lugares comunes y los incluyo todos a mansalva.

Lo interesante para destacar seria la utilización de la música de John Lennon para ir subrayando los momentos, tanto desde el relato como de los estados de animo de los personajes, eso y señalar que hay un buen par de diálogos, alguna buena resolución de escenas, y sobre todo el final, nada más.
Demasiado poco, pues lo señalado como positivo no alcanza para salvar al producto de su mediocridad general.