Dioses de Egipto

Crítica de Cecilia Tedesco - Revista Meta

En otros tiempos Egipto era la cuna de la vida, un verdadero paraíso terrenal donde los dioses y los hombres vivían en paz. Los mortales veneraban a los dioses, seres de mayor altura física, cuya sangre era dorada y tenían extraordinarios poderes que los hacía casi inmortales aunque en realidad no lo eran.

Ra, el dios del sol y la luz, había tenido dos hijos varones: Osiris y Seth. A Osiris le dio la región fértil del Nilo y se convirtió en el Rey de Egipto, pero a Seth le asignó las regiones áridas y se conviertió en el dios del desierto. Osiris se casó con Isis, la diosa madre y tuvieron un hijo: Horus, el señor del aire, cuyo poder radicaba en sus ojos. Seth se casó con Netfis pero no tuvieron hijos, ese hecho y el reparto de poder de parte de Ra provocaron los celos y la envidia de Seth hacia su hermano.

Llega el día de la coronación de Horus como rey de Egipto y sucesor de Osiris, y todos los dioses están presentes, Seth es el último en llegar trayendo un regalo para su sobrino, un cuerno de caza, pero cuando Horus lo hace sonar un gran ejército vestido de rojo y con aspecto amenazador aparece, son los sirvientes de Seth que han llegado para apoyarlo. Usando la vara que le había dado su padre Seth asesina a su hermano por haberse negado a luchar con el, se proclama rey de todo Egipto amenazando a todo aquel que se le oponga; a partir de ese momento los mortales deberán adorar a Seth o se convertirán en esclavos, y el Mas allá ya no será un regalo para los difuntos sino que deberán pagar para acceder al cielo.

Seth y Horus se enfrentan en una pelea pero Seth le quita los ojos y logra vencerlo. Hathor, diosa del amor y hasta el momento pareja de Horus, le pide a Seth que le perdone la vida. Horus ahora ciego y solo es desterrado por su tio al desierto. Durante los años siguientes otros dioses se enfrentan a Seth pereciendo en sus manos, mientras que los humanos son esclavizados y Hathor se convierte en la pareja de Seth siendo su prisionera.

Por otro lado un joven esclavo llamado Bek continúa viendo en secreto a su novia Zaya cuyo amo es Urshu, el constructor que trabaja para Seth. Zaya le propone a Bek robarle a Seth los ojos de Horus e ir en su búsqueda para que lo enfrente y recupere el trono de Egipto para que los humanos vuelvan a ser libres. Ella aún cree en Horus, Bek por el contrario piensa que a los dioses nunca le han importado los humanos, pero de todos modos decide seguir el plan de Zaya y así logra robar del tesoro de Seth uno de los ojos de Horus. Urshu los descubre y ellos logran escapar pero Zaya es herida durante el viaje y antes de morir le dice a Bek “la muerte no es el fin”, esto se relaciona con la creencia egipcia en el Más allá.

Al llegar al lugar donde se encuentra Horus en medio del desierto Bek le pide ayuda no solo para liberar a Egipto sino también para traer a su amada de vuelta a la vida, pero como no puede lograrlo Horus invoca a Anubis para que se lleve su alma al Inframundo, y le dice a Bek que aún hay tiempo para salvarla porque primero deberá pasar por las nueve puertas y si Horus logra derrotar a Seth y convertirse en rey tendrá el poder suficiente para resucitar a Zaya; dicho esto será Bek quien ayude a Horus con la esperanza de recuperar a su amada. Horus recurrirá a su abuelo Ra por ayuda puesto que no posee el poder suficiente para alcanzar su forma divina con la cual enfrentar a Seth.

Ra aparece como el guardián de la creación, estando en su barca, con ella sale de día para alumbrar la tierra con la luz solar, pero por las noches debe enfrentar a Apofis, una serpiente gigante y malvada que podría destruir la armonía universal. Seth desea la inmortalidad y para lograrlo deberá apoderarse no solo del reino de los vivos sino también del reino de los muertos. Y como se ha hecho muy poderoso será casi imposible derrotarlo, pero por más mínima que sea la posibilidad Bek y Horus no descansaran hasta acabar con el mal que se ha apoderado del reino. Horus se embarcará en esta travesía con la idea de vengar la muerte de su padre sin saber que su destino podría ser mucho más que eso, ya que en realidad deberá madurar para convertirse en un verdadero héroe y protector para su pueblo.

Un relato donde se mezcla la aventura con la fantasía puesto que estamos hablando de dioses y mitología egipcia, ambientado en palacios imponentes, parajes exóticos y lugares aterradores donde los personajes sobrenaturales se intercalan con los humanos corrientes, para dar lugar a una trama entretenida y ágil que no decae en ritmo en ningún momento. La historia posee un toque de romance, mucha acción, y está bien enmarcada por increíbles efectos visuales y por la música de Marco Beltrami. Si bien parte de aquello que se conoce de la mitología egipcia se toma algunas licencias simplificándola y haciendola más liviana a fin de que el film pueda ser visto por un público más joven, puesto que sino resultaría menos accesible para el espectador, está calificado para mayores de 13 años.

El elenco está compuesto por: Gerard Butler como Seth, Nikolaj Coster-Waldau como Horus, Geoffrey Rush como Ra, Brenton Thwaites como Bek, Elodie Yung como Hathor, Courtney Eaton como Zaya, Chadwick Boseman como Thoth, y Rufus Sewell como Urshu. El director es Alex Proyas, quien había dirigido El Cuervo (1994), Dark city (1998), Yo Robot (2004) y Cuenta Regresiva (2009). El guión fue escrito por Matt Sazama y Burk Sharpless.

El film se exhibe en versiones 2D y 3D, en inglés subtitulada y doblada al español.