Diario de un seductor

Crítica de Alejandro Castañeda - El Día

Acción, peligros y sonrisas

Johnny Depp se pone otra vez en la piel de su amigo, el malogrado escritor Hunter S. Thompson, para protagonizar una comedia de acción que mezcla con despareja suerte cine negro, costumbrismo, denuncias, amores peligrosos, personajes lanzados y pincelazos pintorescos. El filme está ambientado en la revoltosa Puerto Rico de los 60, cuando Thompson empezaba su carrera periodística. Depp es Paul Kemp (alter ego del autor) un tipo demasiado tentado por el alcohol y los bordes. Llega para trabajar en un diario del lugar. Tan disipado como él. Y a partir de allí, sumido en un escenario imposible y extravagante, la historia empezará a entreabrir varias ventanas: lo que pasa en el diario, el recelo indudable entre los nativos y los extranjeros, la presencia de una mafia inmobiliaria que trama negocios sucios y una historia de amor que tiene el marco extremista del lugar, arrebatado y riesgoso. Más allá de algunos derrapes, hay buenos momentos, personajes secundarios de peso y citas y frases imperdibles. Es la historia de un empecinado que allí aprendió a jugarse por sus corazonadas. El film tiene vértigo, simpatía, Johnny Depp atrapa y la rubia Amber Heard es como ese paisaje: inquietante, bella y peligrosa.