Día naranja

Crítica de Amadeo Lukas - Revista Veintitrés

Òpera prima de la directora venezolana Alejandra Szeplaki, Día Naranja es un film dotado de sobredosis de femineidad pero ataviado por un inusual caudal de creatividad y poesía visual. Coproducción entre Argentina y Venezuela, el film atraviesa por tres ciudades latinoamericanas que contienen tres breves historias protagonizadas por sendas mujeres en estado de gestación. Tres disímiles actitudes y posturas frente a esa inminente posibilidad por parte de Patricia en Caracas, que ansía estar embarazada, Ana en Buenos Aires, que desea con fuerzas no estarlo, y Sol en Bogotá, cuya indecisión arrastra además a dos hombres diferentes. Sin otra conexión entre ellas que su condición, la película entrelaza la triple trama a través de una idílica visión estética de las tres urbes –con una singular búsqueda de locaciones- y por las fantasías de las doncellas, expuestas en imaginativas imágenes que reflejan sus sentimientos, sueños y sensaciones. Szeplaki concibió, valga la metáfora, una personal representación visual ya desde los formidables títulos, apelando a atrayentes recursos gráficos y expresivos, junto a un buen guión escrito por ella y Leticia Castro. Más allá de escenas no muy logradas y una escasa marcación actoral, Día Naranja propone una valiosa experiencia sensorial, complementada por buena música y canciones, que el público femenino sabrá apreciar especialmente.