Día de los enamorados

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

Grasiento San Valentín

El ABC de toda película coral habla de dos elementos básicos que todo guionista, sea principiante o no, debe respetar: unidad de tiempo y espacio y un nexo entre los personajes. Sin embargo, existe un tercer aspecto que no siempre es tenido en cuenta y que, en definitiva, es lo que distingue a una buena película de una mala. Ese ingrediente no es otro que la cohesión narrativa o conceptual. En este sentido Día de los enamorados podría definirse como un simulacro de obra coral o simplemente como un chiste ultracaro y de mal gusto.

A punto de estrenarse mundialmente y con la confirmación de una secuela llega este nuevo opus de Garry Marshall, film al que le sobran actores, minutos y al que le faltan ideas, criterio y ritmo. Nada puede rescatarse de un producto tan vacío que utiliza el pretexto del día de San Valentín para reunir a un multielenco de super figuras que realmente no saben qué hacer en pantalla más que competir para ver quién es más ridículo (y eso que encabeza la lista el impresentable Ashton Kutcher). Acompañado además por estrellas tales como Shirley MacLaine, Julia Roberts, Jennifer Garner, Jessica Alba, Jamie Foxx... y la lista de nombres conocidos sigue.

Algo parecido a una suma de viñetas estructuran -por así decirlo- la trama que acontece en el mentado día festivo, donde cada pareja de personajes se verá involucrada en una situación que oscila entre la historia de amor más cursi (la de Jessica Alba y Ashton Kutcher) o la archi-trillada de despecho (la de Jennifer Garner y Patrick Dempsey). A esas situaciones se le suman la del amor adolescente con promesa de debut sexual; la de la pareja de ancianos que perdura pese al tiempo; la del niño tierno que se enamora de su profesora y -para que nadie quede excluido- la del amor gay.

Sin embargo, el carácter digresivo y anecdótico sumerge al relato en un caldo que rebalsa grasa sin llegar al punto de ebullición. Y en eso la responsabilidad mayor la tiene el director de Frankie y Johnny, que parece haberse olvidado del timing, del humor y de que por lo general no alcanza con contar con un reparto de lujo cuando no hay nada nuevo para decir.