Día de la Independencia: Contraataque

Crítica de Jonatan Lamas - Citricón

Ya han pasado 20 largos años desde que la humanidad le hizo frente a los alienígenas que venían a invadir la tierra y de la cual salimos victoriosos, pero ahora en la actualidad los aliens aparecen con ganas de revancha y acabar con todo de manera definitiva. Un grupo de jóvenes norteamericanos serán los encargados de aniquilar a estos seres del espacio exterior y buscar nuevamente la paz en la tierra.

Al igual que en la historia ya pasaron 20 años del estreno de “Día de la Independencia”, film con el que Roland Emmerich demostró que el cine catástrofe puede abarcar otros horizontes pero manteniendo chiches clásicos del género, ahora en el 2016 repite la formula nuevamente y muy por el contrario de 1996, acá las cosas se ponen ridículas y para nada agradables, haciendo de la película un sinfín de momentos olvidables que no quedarán en la memoria de nadie. El director se mantiene muy fiel en su estilo (al igual que Michael Bay) en hacer de su película un espectáculo visual con respecto a los efectos especiales, humor cursi que rompe con el climax, patriotismo americano presente a más no poder y destrucción masiva (incluida la Casa Blanca), eso es lo que (lamentablemente) se hace notorio durante todo el film.

Pero también hay cosas buenas dentro de film, eso incluye el regreso de algunos personajes de la primera entrega como el David Levinson (Jeff Goldblum) o el ahora ex presidente interpretado por Bill Pullman, la ausencia notoria es la de Will Smith que no regresó a la franquicia por un desacuerdo económico con 20th Century Fox, pero su personaje es recordado como un héroe de guerra.

“Día de la Independencia: Contraataque” llega como una secuela no esperada que repite la formula ya empleada con anterioridad y aquí cae en picada sin llegar a ninguna parte, y que además se garantiza el éxito que dentro de la misma película da a entender que se viene una tercera parte a la vista, que seguramente va a repetir la misma fórmula hasta el cansancio.

Lo bueno: El regreso de Jeff Goldblum es lo más destacable del film, los efectos especiales dentro de todo son aceptables, pero hay películas con muchísimos mejores.

Lo malo: Se nota que la película no causa ninguna impresión y que de a momentos se torna aburrida. La originalidad es bastante escasa pero el público amante de este género saldrá complacido y con ganas de más.