Devoto: la invasión silenciosa

Crítica de Elian Aguilar - Cultura Geek&Pop

El cine de género (expresión muy abarcativa) en Argentina siempre la tuvo difícil. Cuando éramos industria, se exportaba y consumía comedia, policiales… luego llegaron los dramas existenciales costumbristas, muy aparejados al momento histórico y a una reducción de presupuesto. No obstante, desde la periferia muchos autores independientes comenzaron a incursionar en el terror, la ciencia ficción, la aventura. Muchos de estos realizadores terminaron estrenando en cines comerciales, como es el caso de Demian Rugna, Javier Diment, Daniel de la Vega, Fabian Forte y otros (y algunas) mas… pero para el público a pie, el cine argentino es aburrido y solo tiene gente tomando mate con un ficus de fondo.

Así que estrenar una historia con reminiscencias a V – Invasión Extraterrestre, El Cubo, el cine de Carpenter, y algunos hipervínculos con los comics crea ciertas expectativa de cara al gran público. Lamentablemente, Devoto – La invasión silenciosa del director Martín Basterretche, no sólo decepciona sino que además puede ser un gran golpe para cierto nicho que esperaba con ganas esta producción y que seguirá teniendo razones para aseverar que “todo el cine argentino es aburrido”.

Todo arranca con cinco personajes que despiertan en una estructura edilicia extraña… no se conocen entre sí y no saben como llegaron allí. El espacio parece repetirse constantemente y todo está teñido de un color verde. Quienes hayan visto Cube, del director Vincenzo Natali todo parece exclamar a gritos “referencia”… como al principio, donde la V del “Devoto” del título se convierta en una V aerografiada igualita a la de V – Invasión extraterrestre.

El problema de la película comienza a hacerse evidente: en lugar de apropiarse de los elementos, el tono, la fotografía o algo, el director parece copy-pastear referencias externas, creando un híbrido que parece querer imitar a las “películas de afuera”, pero no logra configurarse ni como un relato coherente.

Avanzando el relato, los personajes empiezan a unir los puntos, ayudados por una voz que los va guiando en el edificio (un trabajo de sonido espantoso, que remite al amateurismo mas despreocupado) y descubren que fueron elegidos por una mujer que es la encargada de La Resistencia contra unos extraterrestres que en algunas horas conquistarán todo mediante una máquina. De ahí vamos a unos desprolijos flashbacks donde cada personajes recuerda en el pasado como conoció a esta mujer (llamada La Lancera), al mejor estilo de Lost.

Esta mezcla de referencias podrían resultar en un producto entretenido y diferente, que tranquilamente podría dialogar con películas como Invasión, de Hugo Santiago (escrita por Borges y Bioy Cásares), pero no. Devoto – La Invasión Silenciosa termina siendo un suerte de experimento amateur con planos mal encuadrados, efectos visuales mal realizados, un trabajo de sonido espantoso y una música que parece estar para “parchear” falencias realizativas. Incluso a nivel relato la película falla estrepitosamente, con diálogos imposibles de decir (capaz es una referencia a Star Wars, y la capacidad de George Lucas de crear soliloquios impronunciables), falta de estructura dramática (el desenlace parece sacado de una galera) y grandes plots puestos con calzador para hacer avanzar la historia (la manera es que nos dan la información de como detener a los extraterrestres es vergonzosa).

Incluso, logra algo que parecía imposible hasta ahora: hacer actuar mal a Diego Cremonesi, que a pesar de todo da lo mejor de sí para no quedar tan mal parado. El resto del elenco parece preguntarse muchas veces como llegó ahí, perdiendo la capacidad lúdica de divertirse con lo que se cuenta y traspasarlo a nosotros como espectadores. No obstante, los props (en especial las armas) son de un nivel superior, haciéndonos pensar que quizás con mejores vfxs todo sería menos peor.

El género de ciencia ficción, terror y fantástico en Argentina necesita crecer y establecerse. Pero en ese juego, no sólo tiene que haber realizadores que se dediquen a ello, sino espectadores que comiencen a frecuentar esas películas y las viralicen de manera orgánica ayudando a que se hagan más y más populares. Devoto – La Invasión Silenciosa es un paso hacia atrás, una recaída que no tiene que ver con la historia o el presupuesto, sino con la manera de realizar una obra que sea respetable y respetada. Y por sobre todo, que se sienta como un relato propio, sino queda en evidencia lo ridículo de lo foráneo.