Detrás de los anteojos blancos

Crítica de Laura Osti - El Litoral

Un documental respetuoso y elegante

El joven Valerio Ruiz (1986), director de este documental sobre la vida y la obra de la realizadora italiana Lina Wertmüller (1928), fue su asistente en los últimos tiempos y decidió debutar en el oficio con este largometraje, ofreciendo un retrato de la mujer que agitó el ambiente del cine en la década de los '70, atreviéndose a asumir una profesión que hasta ese momento era terreno exclusivo de los varones.
Lina nació en Roma, donde ha vivido toda su vida, hasta estos días, aunque es descendiente de una familia aristocrática suiza. Comenzó su carrera como actriz, pero su vocación siempre fue la dirección, iniciándose en este rubro con un maestro de lujo: fue asistente de Federico Fellini en “8 y medio”, en 1962. Un año después, filmó su primer film, “I Basilischi”, ambientado en Sicilia, un territorio que siempre atrajo particularmente a la realizadora.
Inmediatamente después, dirigió un par de films musicales, con la popular Rita Pavone, descubriendo en la cantante cualidades actorales que supo explotar con audacia.
Pero la época dorada de su producción cinematográfica, está concentrada sobre todo en la primera mitad de la década de los '70, con sus películas “Mimí metalúrgico, herido en su honor” (1972), “Amor y anarquía” (1973), “Insólita aventura de verano” (1974) y “Pasqualino siete bellezas” (1975). Producciones que fueron muy bien acogidas en Nueva York, donde tuvieron un gran éxito de público, y donde Lina obtuvo un reconocimiento que hizo historia: gracias a los elogios del crítico norteamericano John Simon, conocido por su criterio riguroso e implacable, fue la primera mujer nominada a un premio Oscar como directora. Fue por el film “Pascualino siete bellezas”, que obtuvo, en 1976, otras tres nominaciones.
John Simon es uno de los entrevistados por Ruiz en su documental, quien subrayó la calidad de Wertmüller, considerando “obras maestras” a sus películas de esa época, aunque admite que luego su producción ha sido despareja.
El relato de Ruiz es una cronología ilustrada de la trayectoria de la italiana, compuesta por testimonios de parte de ella, fragmentos de sus películas, registros inéditos de situaciones que acompañaron los rodajes y testimonios de algunos protagonistas, así como de asistentes y familiares.
Para enriquecer el relato, Ruiz apela a recursos como hacer recorrer a Wertmüller, en el presente, algunas locaciones famosas de sus películas y también mostrarla en su casa de Roma, rodeada de libros y obras de arte. Además, hay una larga secuencia en una casa de campo que compartía con su marido, Enrico Job, ya fallecido, quien fuera su compañero de vida y director de arte de sus películas.
Entre los entrevistados, se destacan, junto al mencionado Simon, su actor fetiche de la época dorada, Giancarlo Giannini, Martin Scorsese, Sophia Loren, Harvey Keitel, Nastassja Kinski, Rita Pavone y Rutger Hauer, sumando también algunos registros fílmicos de sus inicios como asistente de Fellini y Marcelo Mastroiani.
El documental muestra a una Wertmüller polifacética, un tanto desconocida, ya que además de dirigir películas, es autora de la letra y la música de canciones, algunas de las cuales tuvieron mucha popularidad.
Ruiz muestra a una mujer que cultivó un estilo audaz e irónico, mezclando el humor, lo grotesco y el drama, indagando siempre en el espíritu italiano y sus diversas particularidades regionales, tratando de realzar esas diferencias, como los dialectos, por ejemplo, pero con una mirada integradora, descubriendo en esas sutilezas la identidad italiana.
También se destacan en ella su incansable laboriosidad, su buen gusto, sus contradicciones y su carácter alegre. En un momento, ella se define a sí misma como “optimista aterrorizada”.
El documental del joven discípulo es respetuoso y elegante, aunque a veces se vuelve un tanto moroso y reiterativo, pero es valioso ya que rescata una figura importante de la historia, que marcó una época en el siglo pasado, en pleno apogeo del cine italiano, acercando su obra a las nuevas generaciones e invitando al recuerdo nostálgico de los mayores.