Destino anunciado

Crítica de Lisandro Liberatto - Alta Peli

El nuevo film del director Juan Dickinson parte de una interesante idea y posee soberbias interpretaciones de Luis Machín y Manuel Vicente, pero serios problemas de ritmo y estructura terminan por jugarle en contra.

El camino a la redención

Pocho es un solitario y un tanto introvertido chofer de micros de larga distancia que está cercano a la jubilación. Lleva una vida monótona que divide entre la ruta y hoteles al paso. Junto con Olivo, su compañero de viaje, siempre se detienen en la misma estación de servicio camino a Salta. Es allí donde entabla una pequeña amistad con Clarita, una joven de un pueblo cercano que trabaja como moza en el bar de la estación. Pero un día Clarita ya no está y nadie parecer saber que fue de ella. De esta manera Pocho se obsesionará con encontrar y así poder redimirse de un hecho que ocurrió tiempo atrás y lo marcó de por vida.

A mitad de camino

Destino Anunciado tiene un comienzo prometedor. Rápidamente conocemos a Pocho, con quien no nos cuesta demasiado simpatizar. El guión hace un gran trabajo trazando a este personaje con sus hábitos y sus mañas. Durante gran parte del relato todo pasa por él, y lo que en un principio fue una interesante introducción lentamente se transforma en el foco de la historia. Pocho lleva un vida monótona y con pocos sobresaltos, y eso en eso mismo comienza a convertirse la película. Dickinson nos va entregando muy de a poco las pistas que finalmente le darán sentido a la historia y también los hechos que comenzarán por desarrollarla. Tal como dije antes, no le lleva demasiado tiempo al espectador llegar a conocer a Pocho, ya que durante los primeros minutos el guión hace un gran trabajo presentándonoslo. Pero a pesar de esto Dickinson parece empecinado en seguir mostrándonos lo rutinario de su vida, y la realidad es que llegado un momento deja de ser interesante para convertirse en frustrarte. Uno comienza a sentir que hay escenas innecesarias o redundantes y que la historia nunca termina de arrancar. Durante gran parte de su duración el film se comporta como un estudio de personaje para, en los últimos minutos, convertirse en una película de género. Repentinamente, Destino Anunciado entra en el terreno del thriller y todo ocurre de manera apresurada hasta llegar a un final que se siente forzado. Aunque la historia siempre va por el camino correcto, sin lugar a dudas se encuentra perjudicada por estos problemas de ritmo y estructura que nunca la dejan desplegar todo su potencial.

Lo mejor de Destino Anunciado está en el plano interpretativo. Machín es siempre un placer de ver y aquí no es la excepción. Ayudado por un personaje bien escrito, el actor se transforma fácilmente en Pocho y le pone su cuota de soledad y melancolía. Al mismo nivel se encuentra Manuel Vicente, quien interpreta a su compañero de viaje y a la vez en su opuesto absoluto. Los mejores momentos llegan cuando ambos actores comparten la pantalla. Cercanos, pero a la vez distantes, ambos brillan gracias a la buena química que hay entre ellos. Resulta un verdadero placer verlos interpretar estos personajes, sobre todo durante el tercer acto.

Conclusión

Me hubiera gustado disfrutar de Destino Anunciado mas de lo que verdaderamente lo hice. En el fondo, hay una buena película luchando por salir a flote. El film pareciera no tener en claro que historia quiere contar ni de que manera hacerlo, lo que termina causando que la trama avance a los tumbos y que, aun en su climax, no termine por despegar. Por otro lado, Machín y Vicente entregan dos fantásticas actuaciones que sin lugar a dudas son el punto mas alto de una película que se queda a mitad de camino.