Desde la oscuridad

Crítica de Alejandro Lingenti - La Nación

Prejuicios y lugares comunes

Plagada de lugares comunes y golpes de efecto, dos características repetidas en la inmensa mayoría de las películas de terror de los últimos años, Desde la oscuridad cuenta la historia de un matrimonio que abandona su vida en Londres para mudarse a Santa Clara, un pueblo colombiano donde funciona una planta productora de papel de la que está a cargo un empresario que guarda un secreto ominoso. No bien llega al lugar con su pequeña hija, la pareja empieza a sufrir el acoso de un grupo de fantasmas que trama la venganza de un luctuoso suceso del pasado.

Se supone que la película tiene una veta política centrada en la denuncia del colonialismo, pero el catalán Lluís Quílez desnuda involuntariamente sus propios prejuicios: en América latina, los hospitales no funcionan y dependen de la buena voluntad de médicos que hablan inglés en lugar de español, y la pobreza y el atraso son apenas parte de un paisaje pintoresco. Las escenas que pretenden asustar causan gracia y el elenco conformado por actores con talento y trayectoria, como Stephen Rea y Julia Stiles parece perdido en medio de una historia obvia, carente de tensión verdadera y resuelta sobre el final de una manera torpe y aparatosa.