Desde el otro lado del charco

Crítica de Catalina García Rojas - Visión del cine

Desde el otro lado del charco de Pablo Giménez, Carlos e Isabel Suárez plantea un paralelismo entre las víctimas del régimen franquista y las víctimas de la dictadura militar argentina, en un documental que reúne voces silenciadas y diversos testimonios para contextualizar dos procesos históricos y políticos diferentes, pero que al mismo tiempo presentan varias similitudes.
Corría el año 1936, principio de la Guerra Civil española, durante la celebración del día de la raza, Miguel Unamuno -escritor y rector de la Universidad de Salamanca- pronunció un discurso que hoy en día se utiliza para representar el triunfo de la inteligencia contra la fuerza. Enfrente de José Millán-Astray, fundador de la Legión, y Carmen Polo, esposa de Francisco Franco, Unamuno exclamó: “Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis. Para convencer hay que persuadir. Y para persuadir necesitarías algo que os falta, razón y derecho en la lucha”. Con esas contundentes palabras demostró la crueldad que más tarde infundiría la dictadura franquista sobre el pueblo español.

Hace casi medio siglo que cesó la dictadura en España. Sin embargo, miles de personas aún llevan en la memoria aquellos años infames y todavía les duele el pacto de silencio y la complicidad no sólo de sus pares sino, también, del gobierno español y por sobre todo, de la monarquía.

Desde el otro lado del charco comienza con una reflexión del escritor Juan Gelman: “Desaparecen los dictadores de la escena y aparecen inmediatamente los organizadores del olvido”. Un concepto que demuestra cómo los tiempos de represión y los años sucesivos están unidos por una herida que es imposible de cerrar si no se llega a la verdad sobre el sufrimiento de las víctimas y mientras esa verdad no conduzca a la justicia. Y para ese lado apunta el documental: la lucha por la justicia.

Pero dentro de esa interminable búsqueda, la justicia española se empeña en negar e impide juzgar los crímenes de lesa humanidad cometidos durante el proceso. Es por eso que surge el paralelismo con la dictadura argentina en la que, a diferencia de la dictadura franquista, se castigó a muchos de los culpables.

A través de la aplicación del principio de justicia universal, el 14 de abril de 2010 tres familiares de víctimas del franquismo, acompañados por colectivos de derechos humanos, presentaron una querella en un juzgado de Buenos Aires para investigar y llevar a la justicia a los culpables del terrorismo de estado español. Este proceso judicial representa una nueva oportunidad histórica de reparación.

Al estar filmada en España y en Argentina, la película refleja la unión entre las víctimas de las dictaduras de ambos países. En un enfoque dual, plasma los relatos de familiares de desaparecidos, presos políticos, víctimas de abusos policiales, juristas, políticos y diversos actores sociales relacionados con la recuperación de la memoria tanto del pueblo español como del argentino. Esta recolección de testimonios contribuye a la difusión de esta querella y, al mismo tiempo, al debate pendiente y a la apertura de un proceso real en suelo español.

El punto de partida del documental es entender que ayudar a los familiares a recuperar los cuerpos de los desaparecidos no es sólo una cuestión de justicia, es una cuestión de humanidad. Sólo así la tortura psicológica finalizará y el verdadero duelo podrá surgir. La urgencia del contenido hace que no se le preste tanta atención a los problemas de edición y a la desprolijidad de la narración.