Demonio de medianoche

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

La película empieza en la década de 1950, con unos chicos aterrorizados jugando al esotérico juego “Midnight Man”. La acción salta al presente, en el mismo caserón, donde una adolescente cuida a su abuela levemente demente. La chica encuentra una caja con algo parecido a un juego. De ahí a que, junto a un par de amigos, vuelvan a convocar al Midnight Man, hay un solo paso.

Más allá de la incoherente premisa argumental, la película –emake de un film irlandés de 2013- consigue involucrar al espectador en una interminable serie de situaciones intensas y genuinamente terroríficas.

En ese sentido la fotografía y en especial la dirección de arte ayudan a disimular el hecho de que prácticamente toda la película transcurre durante una sola noche, y siempre en el mismo caserón, por suerte lleno de recovecos y objetos atemorizantes.

Igual que en los buenos viejos tiempos de la serie “Invasión V”, Robert Englund -es decir, Freddy Krueger- tiene la oportunidad de interpretar a buen tipo, algo asi como un Val Helsing archienemigo del Midnight Man. Su aparición ayuda a que este producto desparejo no decepcione del todo a los fans del género.