Delirium

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

Desparejo catálogo de defectos nacionales

El tráiler lo anticipa. Tres jóvenes bastante torpes están dirigiendo a Ricardo Darín en una película evidentemente berreta, pasa algo terrible, y todo el país empieza a inquietarse. La idea es buena, original, delirante. De ahí el título. Que, según dicen, en un principio era "Delirium Argentinum".

Lo que pasa al comienzo, representa el muy argentino sueño de salvarse improvisando cualquier cosa a costillas de alguien que sepa, un asunto que Roberto Lino Cayol denunció hace ya más de un siglo, en su sainete criollo "El debut de la piba". Así seguimos. Lo que viene después borrar las evidencias, creer que todo se olvida, pretender algún provecho de las macanas cometidas- también es muy argentino. Y lo otro. La pérdida de una ilusión como detonante del malestar general, y como excusa para el vandalismo sin límites. Lo hemos sufrido, sin haber visto castigo alguno, a mediados de julio último. Eso también es muy argentino, y tan absurdo que parece un delirio.

Tal es el trasfondo de esta comedia con apuntes de grotesco, que a veces bordea el humor negro y otras hace un guiño festivo, con la participación de unas cuantas figuras conocidas de nuestros noticieros. Buena idea, también, toda la escena de Susana Giménez, aunque, para mayor efecto, hubiera sido preferible que su cameo se mantuviera en absoluto secreto. El tráiler ya hace perder la sorpresa.

Desgraciadamente, como ése hay otros cuantos borrones. Faltó acaso un asesor de guiones, un tirador de diálogos, mayor aporte a las situaciones de sátira. Era la oportunidad de tomar en solfa a los opinólogos y desastrólogos de la tele, a los actores que harían cola para reemplazar al astro ausente, a la gente que malinterpreta las cosas más fáciles y encima molesta, en fin, la lista es larga. Son tantas nuestras taras. Se destacan la idea, la dirección de arte, y, por supuesto, la participación del propio Darin haciendo de Darin. El siempre salva su parte, aunque le tiren un hueso flaco.