Delfín

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Un niño y sus sueños que rebasan el entorno precario y extremo que lo rodea. Para la sensibilidad del guionista y director Gaspar Scheuer, el puntapié inicial para mostrar lo que le tocó en suerte a un chico de 11 años concebido por una pareja llena de sueños, juventud y libertades. Pero lo que vive es de una crudeza que duele: Trabaja antes de ir al colegio como repartidor de pan, , tiene un padre que apenas gana para el sustento, acosado por deudas, viven en una casa precaria con poco diálogo y escaso alimento, la madre es una ausencia. En ese panorama, con su nombre marcando un destino, ese chico tiene acceso a la ilusión: gracias a un profesor aprendió a tocar el corno francés que se conserva en la escuela, pero como es una reliquia, resulta inaccesible cuando el chico ve una luz de esperanza para su vida. Cuando comienza la aventura deviene la mejor parte de un film que conmueve aunque mantenga una distancia con los protagonistas arrastrados por un destino de angustias económicas, aunque siempre queda una opción. Buenas las actuaciones de Valentino Catania, Cristian Salguero y la participación siempre solida de Marcelo Subiotto.