De tal madre, tal hija

Crítica de María Laura Paz - El Espectador Avezado

Juliette Binoche, no se puede negar, es una gran actriz, sin embargo, en "Tal Madre, Tal Hija" se desperdicia su talento presentándola como la figurita atractiva para ver este filme. También se convocó al actor Lambert Wilson, que aparece en la trilogía de Matrix, en su última entrega como el magnate Merovingio.
La hija, es interpretada por Camille Cottin, que participó de otras producciones de la directora y guionista, Noémie Saglio, responsable del filme. Una serie de enredos que involucran a una madre que no quiere madurar y cuya hija, Avril, nació demasiado temprano en su vida, cuando ella tenía 17 años y por la que dejó una carrera como bailarina.
Por el costado filial, Avril aparece como todo lo contrario a su progenitora, incluso actuando con mayor responsabilidad y no pudiendo cortar el cordón umbilical aunque Mado (Binoche) sea una eterna adolescente, con 47 años y compartiendo piso con su hija y su novio.
La noticia llega con alegría para Avril, ella misma va a tener un bebé; su felicidad se ve interrumpida porque Mado queda igualmente embarazada.
A partir de ese momento, habrá que tomar decisiones que van a ayudar a crecer cueste lo que cueste.
Tiene algunas situaciones divertidas, el metraje, un tanto dilatado no ayuda, los personajes caen en lugares comunes y donde hay resoluciones un tanto edulcoradas y de cuento de hadas y otras un tanto bizarras hasta escatológicas. Si quisieron hacerla para animar a las mujeres europeas a que se lancen a la maternidad en edades maduras, no creo que sea el camino adecuado.
Si lo hicieron, como dice en el final para celebrar a las madres y a las hijas, tampoco tiene mucho sentido, hoy podemos hacer nuestros videos caseros para el día de la madre con un poco más de sentido. Los personajes masculinos son padres abandónicos, irresponsables, nenes de mamá, un vago recepcionista, un ginecólogo distraído, su hijo, un gurú de la ciencia, y hasta el perro, que mira pornografía canina en la tablet de su dueño.
Un poco de desdén hacia el género masculino que puede ser remediado, en el mejor de los ejemplos, con el personaje de Marc, que tiene una segunda oportunidad con Mado y Avril.
Hay un diálogo bastante interesante entre Mado y el ginecólogo cuando ella no se decide si conservar la vida que lleva en su interior y él le dice que estos momentos pueden ser tomados como un accidente o una aventura, en ambos casos, la enfrenta a las consecuencias de sus acciones como mujer.
La banda sonora es compatible con una comedia de enredos de este estilo y agradable. Los paisajes de París, con la torre Eiffel siempre presente a mayor o menor distancia son un atractivo adicional.
Resumiendo, una peli liviana para ver ¿en familia?, una "Sex and The City" versión francesa, sin tanto glamour y con algunas situaciones en las que nacerá cierta empatía por Avril y Mado, madres, hijas, lazos afectivos que tienen que mejorarse.