De la noche a la mañana

Crítica de Santiago García - Leer Cine

De la noche a la mañana es una coproducción entre Argentina y Chile que cuenta la historia de un joven arquitecto que luego de una clase en la Facultad es invitado por dos estudiantes chilenas a que viaje a Chile a dar un seminario. Aunque él no lo recuerda con claridad, ellas ya lo habían contactado vía mail. Con dudas, decide viajar. Se paga su propio pasaje esperando que se lo reintegren al llegar, deja de lado un encuentro con su suegro y la noche antes de salir se entera que su novia está embarazada.

Todo el viaje es un delirio surrealista porque no logra nunca contactar a las personas adecuadas y los incidentes que complican todo se suceden inmediatamente al arribar a Chile. El protagonista, torpe, inseguro, neurótico, parece ser el protagonista de After Hours (1986) de Martin Scorsese interpretado por un Woody Allen argentino.

Es más efectivo el guión que su ejecución y los apuntes políticos laterales que acompañan todo el film son menos interesantes que el absurdo en sí mismo. Con sentido del humor pero también con cierta angustia, la trama sigue al desesperado y al mismo tiempo curioso aventurero en sus no siempre malos momentos en otro país.

Que no haya manera de pensar en la película de Scorsese al ver De la noche a la mañana no sé si es una virtud o un defecto. En comparación, las ideas de puesta en escena son pocas, todos los aciertos están aquí en el guión, como por ejemplo el creciente temor a terremotos que finalmente no sabemos si están ocurriendo o sí están en la cabeza del atribulado personaje principal.