De la noche a la mañana

Crítica de Rolando Gallego - Lúdico y memorioso

El segundo largometraje de Manuel Ferrari propone un viaje junto a un personaje único, el que, en una ciudad extraña, fotografiada de manera increíble, potencia las particularidades de sus padecimientos y miedos.

Ignacio es un arquitecto, docente universitario, que acepta la propuesta de viajar a Chile para exponer en un congreso. No tiene mucha más precisión, pero acepta el desafío en medio de una noticia personal que modificará su percepción sobre su lugar en el mundo.

De la noche a la mañana (2019) mantiene el interés por el personaje protagónico por dos razones que se potencian al progresar la dramaturgia la apuesta, una, Esteban Menis, como este Ignacio dubitativo, errático, que se abre a aquello que la nueva experiencia le propone, y por otro, una cuidada fotografía de Fernando Lockett que se obsesiona con los recovecos de Valparaíso, la ciudad en donde todo acontecerá.

En la multiplicación de situaciones absurdas, en el recorrido de la cámara por la laberíntica Ciudad, en el acercamiento de Ignacio a nuevos personajes, De la noche a la mañana, muestra, cómo, de un momento a otro, las certezas del personaje se desmoronan, lo conocido no es una chance de acercarse al mundo, y la reinvención, sin valijas, sin teléfono, sin dinero, le permitirán re descubrirse y construir una película que se mueve entre el patetismo y el humor, para presentar una entrañable historia de transformación y expedición.

POR QUE SI:

“Entrañable historia de transformación y expedición”