De ahora y para siempre

Crítica de Rolando Gallego - El Espectador Avezado

Seguramente “De ahora y para siempre (Freeheld)” (USA, 2015), del debutante Peter Sollet, será una de aquellas películas en las que el espectador pueda encontrar muchas más preguntas que respuestas sobre el personaje principal que retrata. Pero, justamente, la magia del cine se cumple cuando una historia, en este caso dramática, en clave de biopic, genera en el espectador la necesidad de encontrar y buscar, luego de verla, disparadores para seguir en sintonía con aquello que se narró.
“De ahora y para siempre (Freeheld)” es la historia de Laurel Hester (Julianne Moore), una aguerrida y temeraria agente de policía, que ve cómo de un día para otro su vida cambia, a partir de serle detectado un acelerado y terminal cáncer de pulmón.
Laurel deberá tomar, a partir del anuncio de su enfermedad, algunas decisiones que la expondrán públicamente de una manera que quizás, hasta ese momento, ella no había imaginado. Reservada, y muy recelosa sobre aquello que la sociedad puede llegar a pensar sobre su persona, Laurel mantiene una relación con Stacie Andree (Ellen Page), una joven que trabaja en un taller mecánico, y con quien tuvo un flechazo desde el primer momento en que la vio.
Sabiendo que su homosexualidad podría a llegar a jugarle en contra en su carrera dentro de la policía, Laurel, siempre ocultó esta faceta de su vida, y muy a su pesar.
Cuando conoce a Stacie, su mundo cambia, radicalmente, la joven es la que comienza a exigirle una visibilidad que Laurel no sabe si en realidad quiere mantenerla, pero mucho menos sabe si el destino que se avecina es aquel que siempre imaginó para su vida.
El sólido guión de Ron Nyswaner (ganador del Globo de Oro y el Oscar al mejor guión original por “Filadelfia”) buceará en Laurel y en su personalidad a partir del cambio que en ella acontece desde su encuentro con Stacie.
“De ahora…” posee una etapa inicial de su desarrollo narrativo en la que el “cortejo” entre Laurel y Stacie es esencial para lograr generar una empatía con los personajes para una segunda instancia en la que el largo proceso de enfermedad y tratamiento, pero también de lucha por los derechos de igualdad de género ante la muerte, sean inmediatos.
Una serie de personajes secundarios, como Dane (Michael Shannon, el compañero de trabajo de Laurel, o la participación de Steve Carrel como Steven Goldstein, una activista pro matrimonio gay, brindarán un sólido apoyo a una historia que no posee fisuras en su evolución.
“De ahora…” no deja de ser una historia de amor en la que se pondrán en juego aspectos de la condición humana, y de las decisiones que éstos pueden a llegar a tomar sobre el resto, y que sabe construir, a partir del potente material que la inspira, un relato reforzado por las grandes interpretaciones del dúo protagónico.
Moore deja todo como Laurel, principalmente en aquellas escenas en las que la enfermedad le exigen una transformación casi camaleónica. En esos momentos, en donde la quimioterapia, las largas sesiones de nebulización con drogas específicas, le dan la posibilidad de demostrar, una vez más, que lo suyo es la pantalla grande.
Page como Stacey, la compañera incondicional, retraída y medida, de Laurel, logra componer su personaje con solidez y con una potencia inusual para las actuaciones que generalmente viene presentando.
“De ahora y para siempre (Freeheld)” es un relato sin fisura sobre la búsqueda de amor, compañerismo, igualdad y lucha por los derechos de dos mujeres que supieron ofrecerse la una a la otra, y que en el fondo, además, pudieron quebrar tabúes y mitos dentro de la sociedad, prejuiciosa y discriminatoria, que las contuvo.