David Lynch: The Art Life

Crítica de Diego Lerer - Micropsia

David Lynch narra su historia previa a convertirse en cineasta en este documental que tiene una gran cantidad de material de archivo de los “años mozos” del realizador, empezando por la infancia, pasando por su adolescencia y juventud hasta llegar a sus comienzos con el cine. A la vez lo vemos a Lynch en la actualidad, pintando en su casa/estudio, varias veces acompañado por su hija más pequeña, Lula, mientras su voz es la que escuchamos a lo largo de todo el filme, grabada especialmente para la película en forma de entrevista.

Para un cineasta que ya hace años acostumbra a dar entrevistas entre genéricas y distantes (una versión “meditacional” de la idea de “ponerse el casete”), la que da en la pelicula es particularmente rica en anécdotas de su infancia y adolescencia, historias que lo marcaron de manera muy fuerte en su recorrido artístico, tanto en lo que tiene que ver con la plástica como en lo cinematográfico y que, claramente, sirven para entender en cierta parte el mundo y las motivaciones que rodean su obra.

Las relaciones con sus padres y amigos de la infancia, sus traumáticas mudanzas, sus “años perdidos” en la adolescencia, el descubrimiento de la pintura a través del padre de un amigo, sus complicados intentos de formar una familia, sus primeros pasos con el arte y, luego, a partir de ERASERHEAD, con el cine (si bien no habla de su parte musical, la banda sonora se compone íntegramente de obras suyas) arman esta especie de “precuela” o historia de origen del cineasta que más tarde conoceremos. Un gran documental, especialmente para los fans de la obra del director de CORAZON SALVAJE.