Damas en guerra

Crítica de Juliana Rodriguez - La Voz del Interior

Boda con mi mejor amiga

Una comedia sobre una boda, protagonizada por una mujer, implicaría algunos ejes ya clásicos del género: las dudas de la chica, el amor consagrado, los rituales parodiados. Pero Damas en guerra es una película sobre la amistad de dos mujeres, una buddy movie protagonizada por chicas, con los códigos de las películas de amistad de Judd Apatow (Supercool, Virgen a los 40, Funny people).

Las adolescentes suelen tener una única mejor amiga, hasta que consiguen un novio o marido. Pero en este caso, Annie (Kristen Wiig) supera los 30 y sigue viviendo como a los 15: su mayor relación de intimidad es con su "más mejor amiga", Lilian (Maya Rudolph). Lilian se está por casar y Annie, que está a punto de tocar fondo en su vida laboral, sentimental y anímica, no tiene celos del futuro de marido, sino de la nueva mejor amiga de Lilian, una elegante chica rica que le roba su mayor tesoro: su amistad de la adolescencia. Como si a los 30 años siguieran en la secundaria, Damas en guerra se centra en el dolor de los cambios y pérdidas en la vida adulta de estas mujeres.

Hay escenas muy divertidas (desde la primera, una escena de sexo que parodia al macho alfa de los galanes típicos) pero también espacio para el desarrollo del personaje y su tragedia. Wiig, guionista y protagonista, es la mayor perla del filme. Con armas de comediante sutil, la actriz crea un personaje con el carisma para hacer reír y sumamente tierno, que nunca se ridiculiza para llegar al humor.

Rudolph, su compañera en Saturday Night Life, acompaña pero con austeridad y lo mismo pasa con el resto del equipo femenino, que protagoniza el afiche de difusión de la película. Los arquetipos femeninos están apenas esbozados y no aportan grandes momentos en el filme. Un error del guión más que de las actrices. El que se luce (y sorprende) es Jon Hamm (Mad Men), como un galán pelmazo y machista, que se roba escenas enteras con Wiig.

Damas en guerra funciona, es divertida, tierna y hasta realista en el relato del derrotero de una mujer en crisis. Sólo que la historia se vuelve tibia hacia la mitad, se pierde en algunas escenas que no llevan a ningún lado, y peca de extensa. Pero es un buen comienzo para Wiig, la nueva Tina Fey, sin dudas.