Curvas de la vida

Crítica de Rodolfo Bella - La Capital

Insoportable por naturaleza

“Fuck yourself” le dice displicente Gus a su hija cuando ella se retira de la mesa y lo deja solo, harta por del malhumor y el destrato de su padre. Y el hombre sigue comiendo y mirando televisión, como si ella nunca hubiese estado ahí. Eso ocurre en los primeros minutos de “Curvas de la vida”, el filme con el que Clint Eastwood, a sus 82 años, vuelve a un tipo de personaje parco del estilo de “Gran Torino”.
Ese es también el estilo de este filme, sazonado con réplicas mordaces que Gus se dedica a sí mismo y al que se interponga en su camino, a quien es capaz de decirle cosas como “Andate ya, antes que me dé un infarto mientras de estoy matando a golpes”. ???En este caso se trata de un cazatalentos del béisbol. Contra toda evidencia de lo que le ofrece la tecnología, Gus se empecina en seguir su método para descubrir futuros astros de ese deporte, lo que amenaza con adelantarse su jubilación. ???La efectividad de esta comedia dramática se basa en un guión con humor seco y plagado de ironías, que evita la autocompasión por los achaques de la edad y las ñoñerías del subgénero padre insoportable con pésima relación con su hija. Y también en las sobrias actuaciones del elenco encabezado por Eastwood, un duro que, con recursos mínimos, sabe cómo hacer una buena película a partir de una anécdota mínima.