Culpable o inocente

Crítica de Tomás Maito - A Sala Llena

Guilty

Culpable o inocente de Brad Furman es un nuevo film de un género que se encuentra un tanto desgastado en Estados Unidos: el thriller, en el cual se impuso el típico cliché que entre un crimen principal y diversos hechos policiales, el personaje principal tendrá que esquivar distintas adversidades para conocer la verdad.

La película en cuestión narra como Mick Haller (Matthew McConaughey), un excéntrico y poco convencional abogado penal, se gana la vida amparando a malhechores de la baja sociedad. Pasará de una oficina ambulante dentro de su Lincoln negro a defender a Louis Roulet (Ryan Phillippe), hijo de una millonaria que es acusado de violación e intento de asesinato. Este caso podría resultar una gran oportunidad para el protagonista; pero esto no será tan sencillo, como resulta lógico en este tipo de films nada es certero y los inconvenientes aparecerán al por mayor en lo que respecta a su entorno humano.

A pesar de por momentos ser entretenida, la obra del inexperto Furman peca de poca originalidad en todo sentido posible, cada segmento que se construye entorno a la estructura narrativa del film es sumamente predecible, a la película le falta un factor sorpresa que le de un vuelco importante a la trama, y más aun un hilo tensionante que vaya desarrollando los hechos para que esto ocurra.

Como acostumbra el cine estadounidense últimamente, Culpable o inocente es un thriller que no tiene nada que ver con toda la enseñanza que pudo haber dejado el gran Alfred Hitchcock, pareciese que en la actualidad sólo se puede narrar una historia de un crimen en dónde un abogado/periodista/policía pueda encontrar la evidencia para poder desencadenar un misterio que nunca existió, ya que todo resulta muy predecible y monótono para el espectador, más que nada por la falta de ideas y los endebles guiones.

No muchos realizadores han podido concretar buenas historias en torno al género en los últimos años, David Fincher sería una buena excepción con películas como El Club de la Pelea o Zodiaco, las cuales se destacaban por tener una serie de situaciones interesantes que podían despertar algún sentido de la sorpresa o mantener latente el suspenso a lo largo de la narración.

En el caso del film de Furman nunca se produce ningún intento de estupor, y mucho tiene que ver el muy flojo libreto de John Romano, que exponiendo personajes carentes de carácter, diálogos convencionales y acciones tortuosas y repetitivas, lo único que hace es empobrecer la historia.

Culpable o inocente es otro film trivial que brinda el cine norteamericano actual; la película de Furman es tan intrascendente que poca pretensión tiene; sólo deja un thriller desabrido que en nada enorgullece al género.