Culpable o inocente

Crítica de Juan Pablo Ferré - CinemaScope

Un abogado con contactos

Matthew McConaughey interpreta a Nick Haller, un abogado algo excéntrico (en lugar de oficina, atiende sus asuntos dentro de un bonito automóvil con chofer), despreocupado y bastante insensible en este thriller de Brad Furman, un director con poca experiencia y que quizá comencemos a recordar después de esta interesante propuesta. Cuando un joven de clase alta lo busca para que lo defienda en un juicio de acoso sexual y agresión, Haller deberá poner toda su sapiencia a prueba para ir descubriendo la verdad de la milanesa. Culpable o inocente no es una obra maestra, ni tampoco un filme memorable. Se trata de un thriller que comienza muy lentamente, que parece resolverse pronto pero que va desenvolviendo nuevas e interesantes vetas a medida que se va acercando al final. Furman tiene un estilo inquieto, de planos que se acercan y alejan más de lo que el espectador promedio está acostumbrado, aunque sin llegar a la estética videoclipera de un, digamos, Boyle. Marisa Tomei, William H. Macy y el siempre ambiguo Ryan Phillippe engrandecen al elenco y le dan un toque de distinción, ese que McConaughey intenta sostener con su protagónico pero no siempre logra con sus insípidas caras de desencajado. Aunque si es cierto que logra despegarse un poco del formato carilindo con una película que lo mantiene ajado, preocupado, estresado y desaliñado todo el tiempo. No será un filme estupendo pero le sirve a Furman como carta de presentación hacia el futuro. Veremos cómo le va.