Culpable o inocente

Crítica de Adolfo C. Martinez - La Nación

Mick Haller es un joven abogado que, como dato curioso, tiene su oficina en su auto marca Lincoln, conducido por un chofer que es, al mismo tiempo, su mayor confidente. Ha pasado su carrera defendiendo a criminales de poca monta, traficantes que controlan toda la droga de Los Angeles, conductores ebrios y motoristas que, a veces, ponen en peligro la vida de los transeúntes.

Algo cansado de su carera sin demasiadas sorpresas, Mick (un buen trabajo de Matthew McConaughey) decide tomar un caso mucho más complicado: defender a un rico empresario de Beverly Hills acusado de intento de violación y asesinato. Lo que en principio parecía un caso sencillo y muy bien remunerado se convierte de pronto en un duelo letal entre esos dos maestros de la manipulación. ¿En verdad el magnate fue culpable de los cargos que se le imputan? El abogado, casi convertido en un hábil detective, comenzará a indagar los más íntimos meandros de su cliente, mientras que éste tratará de esconder su vida privada. Así, entre el thriller y las muchas preguntas sin respuestas, el director Brad Furman logró imponer su calidad para describir esta historia que posee todos los elementos necesarios, entre ellos un exacto clima y una madeja que poco a poco a poco se va desovillando con gran suspenso.

Los rubros técnicos -una impecable fotografía y una música que apuntala las más interesantes secuencias de la historia- apoyaron esta combinación de suspenso, de mentiras y de verdades contadas con indudable calidad y una suficiente dosis de interés.