Cuatreros

Crítica de Guillermo Colantonio - Fancinema

NARRAR LA IMPOSIBILIDAD

El principal inconveniente de Cuatreros (o al menos el que elegiría para debatir) es que lo que se ve como película en sí es menor a todo lo que se pueda explicar, aclarar, comentar, discutir sobre ella. No hay nada de malo en esto, a fin de cuentas el cine es un arte que invita al debate y a la reflexión, pero si se toma en cuenta lo que vemos, no es más que la reiteración de un procedimiento que consiste básicamente en una potente y omnipresente voz en off acompañada de imágenes de archivos cuya finalidad es construir un tejido irónico de ideas. Y político, por supuesto.

En reiteradas oportunidades la pantalla se divide y el espectador es sacudido por un vendaval verbal que interpela y no da respiro. La propuesta, en este aspecto, es arriesgada en la medida en que hay que estar dispuesto a seguir el viaje acerca de una película que quiso ser y no pudo, para regresar una vez más a la dolorosa historia privada de Albertina Carri y que justamente pide ser reescrita siempre para no olvidar. El origen es una investigación acerca de Isidro Velázquez, una especie de gaucho rebelde del cual ya se habían ocupado otros con proyectos que nunca terminaron de prosperar. De alguna manera, esa rebeldía es heredada por Carri en la medida en que el film parece renegar de aquello que no fue y vuelca su bronca sin filtro, caiga quien caiga (en un momento menciona a Llinás como un gorila en una mezcla de sarcasmo y posicionamiento respecto de esa categoría plastilina que es el “nuevo cine argentino”).

Por ende, las dificultades encontradas en el proceso derivaron en un film que analiza, desde una perspectiva netamente personal y política, la historia del país y las formas de violencia institucional fundadas en la represión en todas sus formas. Los textos que se escuchan oscilan entre momentos de potencia ensayística y cuestiones de índole privada pero no dejan un solo intersticio para la indiferencia. Este sesgo es interesante porque expone sin victimización alguna la imposibilidad de dar cuenta de una historia y al mismo tiempo integra este problema como parte de la película. No es solamente una búsqueda (una palabra baúl utilizada a menudo por críticos y programadores) sino una toma de conciencia con respecto a la idea de que una nueva película asoma en medio de un proyecto trunco y se vuelve más fuerte que la idea matriz, a la vez que desarma cualquier etiqueta acomodaticia.

Cuatreros es una película para seguir en el tiempo y dejar que respire para poder ser evaluada otras veces más. Su naturaleza dialéctica no se cierra a un solo visionado.