Cuatreros

Crítica de Alejandro Lingenti - La Nación

Cuatreros: el cine como imposible

Una película sobre la imposibilidad de hacer otra película. Ése pudo haber sido el punto de partida del sofisticado sistema narrativo de este sexto largo de Albertina Carri, que luego termina abriendo unas cuantas líneas más, relacionadas con la construcción de un mito, la militancia revolucionaria, su propio pasado y su manera de entender el cine, cada más entregada a la experimentación y el cruce de lenguajes.

Con material de archivo, imágenes de una videoinstalación enfocada en la preservación de la memoria y una voz en off que guía un relato deliberadamente sinuoso, Carri consigue armar un film original, emotivo y alejado de las convenciones que vincula los vericuetos de la intimidad con la reflexión política a mayor escala. La investigación alrededor de un libro sobre Isidro Velázquez que el padre de la cineasta, Roberto Carri -secuestrado y desaparecido durante la última dictadura militar-, publicó a fines de los 60 despertó en ella la inquietud por encontrar una película basada en ese texto que filmó Pablo Szir, también víctima del terrorismo de Estado. Así como su padre proponía en aquel libro la posibilidad de ampliar el terreno de la acción política fuera de los límites de los partidos, ella ensancha las fronteras del cine con una película que exhibe desprejuiciadamente y sin pausa convicciones, interrogantes y conflictos profesionales y existenciales. En esa profunda exploración, las huellas de la trágica historia de un país se superponen con las de su propia vida.