Cuando yo te vuelva a ver

Crítica de Pablo De Vita - La Nación

Paco es un argentino al que las vicisitudes de la vida obligaron a radicarse en España. Pero un buen día se ve también en la necesidad de volver al terruño para ser padrino de la boda de uno de sus grandes amigos, reencontrándose allí con su hermano Félix. Éste, que es un seductor empedernido, durante la fiesta de casamiento queda encandilado con Ethel, quien junto con su amiga y socia Margarita se encarga del catering de la reunión y merced a su insistencia consigue el número de teléfono para arreglar una cita. Lo que no sabe Félix es que su hermano se sentirá atraído por Margarita, a la que no cruza en la fiesta pero sí reconoce en el video de bodas, aunque también descubrirá que es una vieja herida nunca cerrada de un lejano amor.

Entre guiños a la comedia romántica y con la dosis necesaria de drama (pero con su innecesaria y remanida cuota de música incidental), Cuando yo te vuelva a ver plantea reencuentros y emociones con especial interés en la platea femenina al bucear en los conflictos de pareja sin omitir la reflexión sobre el rol de la mujer.

Si bien en la historia algunas situaciones se reiteran y otras no se explican demasiado, la simpleza de los diálogos apuntala eficazmente la labor del elenco donde se destaca el protagónico de Ana María Picchio, que luego de Chechechela -hace más de 25 años- no había tenido hasta este film una labor tan plena como las que había realizado en Breve cielo y La tregua . Su partenaire es Manuel Callau como su eterno enamorado, que confirma una vez más su gran calidad actoral, secundado por un elenco compacto (Alejandro Awada, Miriam Lanzoni, Malena Solda y Nicolás Condito) que incluye en la ficción a las auténticas hija y nieta de la protagonista. Cuando yo te vuelva a ver resulta una película noble y sencilla, que demuestra a Durán como un cineasta con sensibilidad y oficio..