Cuando yo te vuelva a ver

Crítica de Amadeo Lukas - Revista Veintitrés

Dentro de los últimos estrenos nacionales, Cuando yo te vuelva a ver se destaca claramente como una comedia dramática evocativa dotada de interesantes matices y un alto contenido emotivo. Dirigida a un público adulto y maduro, este film del artesano Rodolfo Durán presenta una trama sentimental bien hilvanada, con sólidos recursos narrativos y visuales.

El consustanciado reparto sabe traducir el sensible guión de Gisela Benenzon y Marcela Sluka, que aborda una historia de amor detenida en el tiempo y reavivada por un regreso acaso no casual, que le permite a un hombre algo mayor intentar recuperar un sentimiento que nunca creyó haber perdido. Obsesión que traerá aparejada conflictivos reencuentros y poderosas revelaciones afectivas. Con diálogos muy cuidados y dosis melodramáticas salpicadas en su justa medida, el film va moviendo con sutileza fuertes resortes emocionales. Luego de una comedia fallida como Vecinos, Durán arriba a su mejor película, conduciendo con sapiencia a una capacitada pareja protagónica en la que Manuel Callau se muestra hondo y conmovedor y la reaparecida Ana María Picchio, notable, compartiendo además elenco con su hija Delfina
Peña y su nieta Juana Dates Peña. Las buenas participaciones de Malena Solda y Alejandro Awada y la apropiada música que homenajea a Procol Harum y su Con su blanca palidez redondean una pieza nostálgica y entrañable.