Cuando te encuentre

Crítica de Victoria Varas - La Voz del Interior

Encuentro sí, hallazgo no

El par antagónico guerra y amor ingresan en la lógica de causa-consecuencia en el nuevo film protagonizado por Zac Efron, uno de los actores más taquilleros de la factoría Disney que encarna, esta vez, al Infante de marina Logan Thibault, quién salva su vida gracias a la fotografía de una joven que lo desvía de una explosión y otros peligros.

De regreso a su hogar, el ex combatiente se propone encontrar a la desconocida muchacha, en principio, para darle las gracias. La guerra es el disparador inicial de una típica historia romántica donde un héroe, primero patriótico y luego galán, viene a disputarle el amor de la mujer angelical a un arquetípico cretino americano que bebe y camorrea con impunidad.

La lápida del hermano muerto de Beth Green (Taylor Schilling), a quien pertenecía la fotografía extraviada en el campo de batalla, reza “operativo de libertad iraquí”, una definición de la guerra que cancela toda perspectiva crítica al intervencionismo norteamericano. El film circunscribe los impactos del conflicto bélico a la psicología del soldado y a la desmembración de la célula familiar, y por sobre la dimensión política se impone el drama personal de dos sujetos a quienes el destino indemniza con un fortuito encuentro.

Por lo demás, Cuando te encuentre es sólo una película bonita que sigue a rajatabla la premisa del romanticismo por la cual los estados anímicos de los personajes se reflejan en el paisaje circundante. Atmósfera grisácea y tormentosa para los pasajes escabrosos y dramáticos y una paleta de dorados, ocres, y amarillos que imprimen un sesgo edénico a la cuidada fotografía del film dirigido por Scout Hicks. Las más simples operaciones domésticas devienen en acciones estéticamente agradables a la visual, configurando una poética de la cotidianeidad, en una estancia de Luisiana donde el paisaje es tan idílico como la historia de amor de Logan y Beth, con sus bien logradas escenas de hedonismo pasional.

Basada en el bet seller de Nicholas Sparks, autor de la afamada Diario de una pasión, esta historia es simplista y no explota las peripecias sorpresivas que habilita la apoyatura en el destino. Un guión previsible y pretendidamente sensiblero, en torno a las casualidades y las ausencias, con un muerto innecesario hacia el final, que ahoga consigo a los anti-valores de una axiología más acorde a los cuentos de hadas que a los grandes dramas. Pese a no ser un hallazgo cinematográfico, Cuando te encuentre arroja una reflexión que, por cómoda y trillada, no es menos efectiva: ahí viene el amor a curarnos de la guerra.